Las primarias demócratas marcaron su final con la renuncia de Bernie Sanders, una realidad que estaba por venir, ahora deja al exvicepresidente Joe Biden como futuro rival de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos. Las elecciones 2020 se celebrarán el martes 3 de noviembre, en las elecciones presidenciales se llevarán a cabo al mismo tiempo las elecciones al Senado y la Cámara de Representantes, los ciudadanos decidirán si eligen a un nuevo presidente o renueva el mandato del actual ocupante de la Casa Blanca, Donald Trump, por 4 años más.
Los EE.UU. se encuentra en medio de una crisis sanitaria todavía descontrolada y con cifras de hundimiento económico impredecible. Pero, a pesar de ser la primera potencia del mundo, de ahora en adelante se necesita un presidente con mucha firmeza, sin titubeos, fuerte e inteligente. En esta crisis sanitaria mundial, la verdad, Mr. Donald ha flaqueado demasiado y estará poniendo en cuestionamiento el lema: “Make America great again”, o sea, “Volvamos a hacer a América (EE.UU.) grande”, pues bien, queda poco tiempo para sostener esas ideas.
Algunas tareas pendientes de Mr. Donald, por ejemplo, no ha podido desactivar las minas explosivas de Medio Oriente: los talibanes con el gobierno de Afganistán no se ponen de acuerdo, la expansión militar de la República Islámica de Irán en toda la región (Siria, Líbano y Yemen), total respaldo al grupo terrorista de Hezbolá, y de vuelta a América Latina tenemos a Venezuela y su narcogobierno, Nicaragua y Cuba con sus regímenes opresores.
También se le debe poner mucha atención a la República Popular China, un Estado unipartidista gobernado por el Partido Comunista, el segundo más grande de Asia, el más poblado del mundo con casi de 1.400 millones de habitantes, la segunda potencia económica mundial. Actualmente está en el ojo del huracán por el caso en la ciudad china de Wuhan, el epicentro de la pandemia de coronavirus.
Esta pandemia tiene sus cosas curiosas: por qué no se propagó por todo ese país en un inicio y luego por el resto del mundo, otro asunto, mientras se reportan más de 175.000 muertes por todos los rincones del planeta, el gobierno chino dice que los números de ellos son unos 4.632, y los nuevos infectados son importados, por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alaba al gobierno chino por haber contenido la epidemia, según se dice es que dejó de reportar los casos.
En medio de esta terrible pandemia que ha detenido el mundo, Latinoamérica mira a China. De ahí están llegando múltiples donaciones de equipos médicos, expertos y consejos para combatir la Covid-19: forman parte de lo que algunos analistas ya han bautizado como la nueva “diplomacia de las mascarillas” de China. No se cree que el intento del gigante asiático sea realmente ser el salvador de Latinoamérica, sin duda alguna, quiere mejorar su estatus internacional.
Esta pandemia es algo muy serio, han surgido tantos comentarios y especulaciones sobre este tema, hasta algunas personas alegan que el Covid-19 fue creado por el gobierno chino como un arma biológica clave para ser utilizado contra los supuestos enemigos de la nación, hasta una persona de Brasil llegó a decir que la pandemia forma parte de un plan de China para dominar el mundo, bueno, son tantas cosas que se dicen.
Pero, aparte de lo que se dice, la suspensión del aporte económico a la OMS y la dimensión de la emergencia de salud; a Mr. Donald le falta más habilidad política y eso de la pandemia ha puesto a prueba su continuidad para otro mandato, por eso EE.UU. necesita un presidente con firmeza, sin discursos ambiguos, de mucha inteligencia y que tenga liderazgo internacional.