Washington. (AFP) – Donald Trump pidió la eliminación de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), cuya ayuda es esencial para millones de personas en todo el mundo.
El Gobierno ha ordenado a miles de empleados de la organización que están en el extranjero que regresen a territorio estadounidense y ha congelado el apoyo exterior.
Los efectivos de la Usaid pasarían de unos 10.000 a menos de 300, según The New York Times.
Prácticamente un desmantelamiento llevado a cabo bajo la batuta del millonario Elon Musk, al frente de una comisión encargada de recortar el gasto público.
“LA CORRUPCIÓN ESTÁ A NIVELES RARAMENTE VISTOS ANTES. ¡CIÉRRENLA!”, escribió Trump en mayúsculas en un comunicado en su aplicación Truth Social. “¡Sí, señor presidente!”, respondió Musk.
El país norteamericano destina actualmente unos $58.000 millones a la ayuda internacional, lo que lo convierte en el principal donante del mundo. La Usaid financia programas sanitarios y de emergencia en unas 120 naciones.
Esta decisión “pone en riesgo millones de vidas y miles de trabajos en Estados Unidos (…), además, compromete seriamente nuestra seguridad nacional y nuestra influencia en el mundo”, insistió Samantha Power, al frente de la Usaid durante el mandato del exmandatario demócrata Joe Biden.
“Los líderes extremistas y autoritarios se alegran” de la medida, insistió la exembajadora ante la ONU.
La Usaid se considera una fuente vital de poder blando para Estados Unidos en su lucha contra la influencia de rivales como China, donde Musk tiene muchos intereses comerciales. La congelación casi total del apoyo exterior estadounidense y el posterior desmantelamiento gradual de la agencia esta semana han provocado ondas de choque en el ámbito humanitario, mucho más allá de Washington.