José Joaquín Chaverri Sievert
Diplomático
A veces ocurre que a los gigantes se les pierde la ruta. India inició su gestión educativa formando a los ingenieros, profesores y muchos otros graduados universitarios que han llevado a esta nación a un despegue industrial de nivel internacional.
Pero su nivel educativo, en cuanto a los primeros escalones, ha quedado debiendo, porque su sistema es inmenso, pero no tanto su rendimiento escolar, por lo que le falta. Ha existido también una explosión de escuelas privadas, ante el poco rendimiento de las instituciones públicas. Muchas personas en la India prefieren pagar para enviar a sus hijos a una escuela privada que a la pública, pues con frecuencia se reportan ausencias de maestros.
China ha colocado mucho esfuerzo en los niveles iniciales de la educación. Exigencia, multiplicación de la enseñanza preescolar y la ha convertido en una educación estricta. La calidad de su etapa escolar ha demostrado su fuerza económica y su gran capacidad comercial, y también el alto nivel de sus universidades. Su capacidad se ha demostrado por medio de los resultados de los exámenes Pisa, debido a que Shanghái, su capital, ocupa el primer lugar de calidad en el mundo de dichas pruebas. En 1980, el 93% de los niños chinos estaban matriculados en la escuela primaria, pero solo el 1,7% de los jóvenes asistía a la universidad; en la India, las proporciones equivalentes eran del 69% y el 8%, respectivamente según datos aportados por la Universidad de París en su sección económica. “Muchas personas en la India prefieren pagar para enviar a sus hijos a una escuela privada que a la pública, pues con frecuencia se reportan ausencias de maestros”.