Henry Rodríguez
Enviado especial de Grupo Extra
Quito, (Redacción y EFE). – Ecuador irá a una segunda ronda electoral el próximo 13 de abril. En la primera, el actual mandatario Daniel Noboa, que busca reelegirse, logró un 44,7% de votos válidos frente al 43,8% de la correísta, Luisa González, de Revolución Ciudadana.
Para ganar en primera vuelta, se necesita obtener la mitad más uno de los sufragios, o bien lograr al menos el 40% y una ventaja de mínimo 10 puntos porcentuales sobre el segundo candidato.
Los números preliminares e incluso las encuestas a boca de urna daban un contundente triunfo a Noboa, no obstante, la posibilidad de reelección se fue disipando conforme fueron revelándose los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Muy debajo del porcentaje estaban los aspirantes Leonidas Iza del movimiento Pachakutk (4,75 %) y la ecologista Andrea González (2,83%).
Estos comicios fueron adelantados tras la dimisión del entonces presidente, Guillermo Lasso.
Incertidumbre
La jornada electoral se vivió sin disturbios, resguardada por el Ejército Nacional y con una participación superior al 83%.
Sin embargo, la mayoría de los ecuatorianos se encuentra en medio de la zozobra e incertidumbre que vive el país.
La nación sudamericana no puede olvidar la imagen de una bebé de solo nueve meses gateando sola por una calle. Salió de una casa donde su mamá de 28 años había sido asesina y gateaba, sin rumbo, con su ropa absolutamente limpia.
El caso, que estremeció a toda la población en febrero, fue solo reflejo de un nuevo ciclo de violencia que en enero pasado disparó los homicidios, casi todos ellos vinculados a las guerras entre bandas de narcotraficantes y consumidores de drogas.
Es el contraste doloroso de un Ecuador que tiene una enorme riqueza de recursos naturales, entre petróleo, cacao, flores, bananas y camarón. Una economía dolarizada con la que Costa Rica firmó un Tratado de Libre Comercio (TLC), recientemente ratificado por ambos países.
No obstante, la sociedad ecuatoriana adolece de lo que el analista Fernando Carrión bautiza como el flagelo normal de Latinoamérica: una desigualdad profunda entre quienes atesoran mucho dinero y quienes sufren para sobrevivir cada día.
$25 al día
Humberto gana un promedio de $25 al día lustrando zapatos a 100 metros del Palacio de Carondelet, la residencia presidencial, ubicada en Quito.
Por su pequeño “chinamo” ha pasado media nación política y deportiva. Ahí se ha sentado el poder ecuatoriano, que luego sigue su camino con zapatos brillantes, mientras él se queja por su gente olvidada.
“Aquí nos arrinconan en elecciones (cierran las plazas) y luego nadie hace nada por los pobres”, sentencia el hombre que confesó su voto por Luisa González, una mujer joven que representaba la herencia política del exmandatario de izquierdas Rafael Correa.
Y esa pobreza se convirtió en caldo de cultivo para que el narcotráfico se incrustara en los barrios del sur de la capital, en zonas indígenas y en los huesos de todas las clases sociales.
Inevitablemente estalló después una guerra de bandas, incluyendo carteles mexicanos, que le colgó a Ecuador el poco honroso título de “uno de los países más violentos de América Latina”, como lo narró Carrión a los enviados de Grupo Extra.
El presidente Daniel Noboa declaró la guerra interna y con las fuerzas militares retomó sectores desangrados y recuperó confianza. Así cerró el año pasado, pero enero volvió a incrementar las muertes (700 en un mes), lo que empujó a Ecuador de nuevo al pesimismo.

Los resultados los dio a conocer el Consejo Nacional Electoral (CNE) pasadas las 7:00 p.m. hora local.
Las principales calles de Quito estuvieron en estado de alerta por la ola de violencia que vive el país.