Las copitas de más le salieron más caro de lo que esperaba a uno de los traductores del Organismo de Investigación Judicial, tras colisionar y volcar una de las perreras de la Policía de Tránsito que trasladaba a un detenido.
El funcionario judicial de apellidos Morales Martínez iba en una pura llamita, pero no se percató de la señal de alto que está entre avenida segunda y calle 21, cerca del Museo Nacional, cuando en eso los oficiales de tránsito que llevaban a un infractor de lo único que se percataron fue del leñazo que recibieron después de que Morales los impactó.
“Un automóvil irrespeta la señal de alto y vuelca la unidad de tránsito, en la que viajaban dos oficiales y un aprehendido por estado de ebriedad, pero todos salen ilesos. La prueba al conductor que colisionó dio positivo”, dijo Mario Vargas, tráfico.
De inmediato se procedió a llamar a las unidades de rescate, fueron los bomberos quienes se hicieron presentes, primero a liberar al detenido, que llevó quizás la peor parte, pues iba en el cajón y del leñazo quedó atrapado. Para la extracción se utilizó equipo hidráulico.
Posteriormente y tras comprobar que tanto Oviedo como Román, los oficiales que viajaban en la perrera, se encontraban en perfectas condiciones se procedió con Morales.
El chofer apenas se sostenía, pero había que hacerle la alcoholemia. Alcohosensor en mano, uno de los oficiales involucrados en el accidente se le acercó y tras un par de soplos el resultado fue contundente, 2,1 grados de alcohol por litro de sangre. En el acto detuvieron al conductor ebrio.