Mario Zamora
Ministro de Seguridad Pública
Este año 2025 nos hemos planteado el reto principal de seguir mejorando las condiciones de seguridad y la calidad de vida de los costarricenses. La violencia es un problema complejo y tiene muchas causas asociadas; por eso la respuesta del Estado debe ser integral e interinstitucional.
El Poder Ejecutivo, el Poder Judicial, el Poder Legislativo, los gobiernos locales y sociedad civil en general deberán trabajar de manera coordinada e intensa para recuperar la paz que caracteriza a nuestra Costa Rica.
La Política de Seguridad Costa Rica Segura +. Desde el 2023 presentamos al país la Política Nacional de Seguridad Costa Rica Segura +. Ahí se plantean los objetivos, las líneas de trabajo y las acciones a desarrollar para esta tarea.
Esta política contempla cuatro ejes estratégicos: prevención, proactividad policial, acción contra el crimen organizado, y protección y defensa de la Nación. Con su aplicación y el desarrollo de los planes de acción para cada tema, obtuvimos buenos resultados que incluyeron una contención de la cantidad de homicidios, con una leve disminución que esperamos este año sea más grande, y una disminución en otros delitos como aquellos contra la propiedad.
Estos son logros país que alcanzamos entre todos. Desde el Ministerio de Seguridad hemos incrementado la cantidad y la calidad de la Fuerza Pública y hemos mejorado nuestras capacidades para enfrentar la criminalidad organizada por tierra, mar y aires, que es la causa principal de la mayoría de los homicidios y crímenes.
Nuestra presencia en los territorios más difíciles se ha fortalecido y hoy podemos decir que tenemos el control de todas las comunidades del país.
Duros con las causas del delito. Entendemos bien que debemos atender las manifestaciones presentes de este fenómeno, pero estamos también convencidos que debemos ser especialmente intensos en atacar sus causas estructurales como los factores de riesgo que son la razón fundamental de la criminalidad. Históricamente hemos desarrollado esfuerzos en el campo de la prevención de la violencia. Se ha promovido con fuerza la organización de las comunidades, generando cohesión social y muchas acciones en los territorios y en los espacios locales. Eso ha impulsado la participación ciudadana y sin duda los cientos de grupos de seguridad comunitaria que se han organizado por todo el país son muy importantes en la estrategia nacional de seguridad. Otros programas se han concentrado en los niños de escuelas, generando valores y principios importantes para que vayan creciendo lejos de las pandillas, el crimen y la droga. Con los Gobiernos Locales hemos trabajado en la estrategia “Sembremos Seguridad” que genera diagnóstico y planes locales para desarrollar en cada municipio.
Ligas Atléticas Policiales. Un programa innovador han sido las Ligas Atléticas Policiales. Son un esfuerzo de prevención de la violencia juvenil a través del deporte y el desarrollo de habilidades para la vida. Está dirigido a jóvenes entre los 12 y los 19 años, población que hemos identificado en muchas comunidades como de alto riesgo y a veces ya vinculada con pandillas en diversidad de funciones, incluso de sicariato. Las Ligas Atléticas Policiales evitan que jóvenes sean reclutados por el narcotráfico. Se inició con un financiamiento de la Embajada de los Estados Unidos y hoy se trabaja ya con más de 1.000 jóvenes de 30 cantones de todo el país. En las comunidades con situaciones más complicadas de criminalidad, identificamos jóvenes con factores de riesgo y les invitamos a ser parte del proyecto. Dos veces por semana se realizan actividades físicas en espacios seguros, y se practican disciplinas como el futbol, el boxeo, la natación, el atletismo y otros. El deporte es bueno para estos jóvenes, sus familias y hasta sus comunidades. La experiencia nos ha demostrado que el deporte les gusta, los convoca y puede asegurar el buen uso del tiempo libre. Puede también desarrollar principios para la convivencia como la disciplina, el trabajo en equipo, la tolerancia y el respeto. Los profesores son oficiales de policía debidamente capacitados para trabajar con estos jóvenes en riesgo social. Esto resulta también en una mejoría en las relaciones entre policía, juventud y comunidad, que es clave para el mejor desempeño institucional. Con programas innovadores en la región como este y lineamientos claros presentes en la Política de Seguridad, nos mostramos optimistas frente a este 2025.