Caracas. (EFE) – Cientos de estudiantes se concentraron ayer en una plaza de Caracas, Venezuela en demanda de que se libere a los detenidos tras los incidentes del 12 de febrero y se haga justicia con los autores de la muerte de tres jóvenes. Inicialmente los grupos opositores solicitaban la renuncia del presidente Nicolás Maduro, ante las difíciles condiciones de vida pero los seguidores de este de igual forma se lanzaron a las calles para expresarle apoyo.
“La lucha continua mientras existan alumnos, mientras existan compañeros que se encuentran detenidos en distintas sedes del país, clamamos por la paz”, indicó el dirigente estudiantil Carlos Vargas al canal Globovisión.
“Es un insulto que el gobierno nacional llame a un diálogo en estás circunstancias cuando no se ha administrado justicia para los perpretadores de la violencia del miércoles”, agregó.
Los integrantes de los movimientos previeron permanecer concentrados hasta las 17.00 hora local (21.30 GMT) en la plaza Altamira del este de la capital en una manifestación a la que convocaron a la sociedad civil.
“El gremio estudiantil seguirá en la calle con una lucha enmarcada en la no violenta, una lucha enmarcada en la paz, porque nuestro movimiento siempre ha sido pacífico”, indicó Vargas.
SALDO MORTAL
Tres muertos, 66 heridos graves y 69 detenidos es la balance oficial que dejaron incidentes registrados tras las manifestaciones opositoras en diferentes puntos del país.
En Caracas, donde se presentaron los fallecidos, las caminatas se desarrollaron de forma pacífica, pero cuando algunos integrantes se separaron acabó en enfrentamientos y graves incidentes que incluyeron el ataque a la Fiscalía General y la quema de vehículos policiales.
MADURO MOLESTO
El mandatario venezolano, Maduro acusó a políticos de la oposición y a activistas de la sociedad civil de estar detrás de un plan para sumir al país en un espiral de caos. Asimismo los Gobiernos aliados del Ejecutivo expresaron su respaldo y condenaron los actos de violencia que interpretaron como “intentos de desestabilización” por parte de la oposición, mientras la OEA y AI pidieron una investigación de los hechos.
Por su parte, el líder opositor Henrique Capriles volvió a tomar distancia de los llamados de un ala de la oposición para exigir la salida anticipada del Gobierno del poder, al defender su opción por un “camino más largo” que evite situaciones que conduzcan a la agresión.
“Esta lucha es una resistencia, pero esta resistencia no crece si nos planteamos salidas que no nos llevan a nada”, manifestó.
REACCIONES MUNDIALES
Cuba, su principal aliado, condenó los “intentos en desarrollo de golpe de Estado” en Venezuela y reafirmó su “incondicional respaldo” a los esfuerzos del presidente Maduro por la paz y para “integrar” a todos los sectores del país.
El Gobierno de Nicaragua se declaró indignado ante la alegada “violencia de la derecha fascista” en ese país y expresó su respaldo al presidente Maduro.
“Nos pronunciamos ante la indignación y ante la conmoción que el odio y la violencia de la derecha fascista, como en todas partes del mundo, ha producido entre el pueblo venezolano”, señaló el Ejecutivo nicaragüense en un comunicado.
Por su parte, el Ejecutivo de la presidenta argentina, Cristina Fernández, respaldó a Maduro y alertó sobre “intentos de desestabilización” contra el orden institucional.
En cambio, el senador republicano por Florida (EE.UU.) Marco Rubio, uno de los rostros más reconocidos de su partido, acusó al Gobierno de Venezuela de “encarcelar e incluso matar a venezolanos inocentes” y aseguró que “el mundo debe despertar” ante lo que está ocurriendo en el país caribeño.