Ayer el delantero manudo Alejandro Alpízar cumplió 34 años en medio de la pretemporada liguista que se realiza en Playa Tamarindo. DIARIO EXTRA conversó con él y el romperredes asegura sentirse joven, además ve a la Liga alzando la copa del Invierno 2013.
¿Cómo ha estado la pretemporada?
– Ha estado bastante dura, obviamente siempre es el trabajo más duro para soportar el torneo y más que viene la Concachampions. Se trabaja fuerte, además hay manejo de balón y movimientos tácticos para posicionarse en el terreno de juego. Nos ayudará a jugar con el balón abajo.
¿La Liga tiene equipo para salir campeón?
– Sí, tiene. Este es un equipo que siempre tiene que luchar por el título, sin importar los jugadores que estén o los que se hayan ido.
¿Se siente roco por cumplir 34 años?
– No. Yo me siento bien, me siento joven y con ganas de seguir viviendo. Es un año más de aprendizaje, de vida junto a amigos, seres queridos y compañeros.
¿Piensa en el retiro?
– Es algo que está en la mente de todo jugador y más cuando uno se acerca al tiempo de partir. Yo lo tengo muy claro, me faltan por lo menos 2 o 3 años cuando mucho. Cuando el cuerpo no me dé y no pueda hacer lo necesario para efectuar la competencia de alto nivel me haré a un lado y apoyaré a mis hijos para transmitirles mis conocimientos. Sigo trabajando y no pienso en eso. Estoy tranquilo.
¿Le molesta que le digan “Djorkaeff” o “El Matador”?
– No me molesta. El primero, “Djorkaeff”, me lo puso Mario McGregor por un jugador francés (Youri Raffi Djorkaeff). Soy muy tranquilo, sé recibir las cosas de buena forma. Los apodos no son para insultar, son una visión de lo que uno es en la cancha. José Pablo García, jefe de prensa del Saprissa, fue el que me puso “El Matador”. Cuando le dicen a uno algo relacionado al fútbol debe hacerlo valer.
¿Cuál de los dos le gusta más?
– Me gusta que me digan “El Matador”, pues siento que la responsabilidad es más grande. Si me dicen así es porque tengo que definir grandes partidos y lo he hecho en momentos difíciles para el club.
Alpízar fue expulsado en el clásico nacional y lo sancionaron seis juegos, por eso todavía le quedan tres de castigo.