Es una muy buena noticia que haya disminuido la pobreza, la pobreza extrema y la desigualdad, y que haya aumentado la ocupación, pero esta sigue siendo relativamente baja comparada con las cifras anteriores a la pandemia, pues las tasas de participación laboral y ocupación no se han recuperado.
Respecto a la medición de la pobreza por la línea de ingreso, quedan muchos cabos sueltos y explicaciones por encontrar.
La Encuesta de Hogares que acaba de publicar el INEC nos indica que de 2023 a 2024 la pobreza, medida por la capacidad de compra de los ingresos de las familias, disminuyó 3,8 puntos porcentuales, ya que este año un 18% de familias son pobres frente a un 21,8% del año pasado.
Es el menor porcentaje desde que se usa esta metodología en 2010. En pobreza extrema la caída es de 1,7 puntos porcentuales para bajar a 5,8%, también una significativa reducción y su menor nivel desde 2010.
Asimismo, la pobreza multidimensional, que mide las necesidades insatisfechas de las familias, muestra una reducción, pues bajó de afectar al 11,9% de los hogares en 2023 al 10,1% este año, lo cual es una continuación de la tendencia a la baja que se viene dando desde 2010, cuando inició esta medición.
Además disminuye la desigualdad. El índice de Gini mejora de manera significativa al bajar de 0,502 a 0,492. Este es el mejor, o menos malo, resultado desde 2010. Disminuye la desigualdad tanto en zona urbana como rural, pero en mayor medida en la urbana.
Según los datos de la Encuesta Continua de Empleo, por primera vez desde que nos azotó el covid-19 los niveles de ocupación en el trimestre que termina en agosto son mayores a los de febrero de 2020, el último mes antes de la pandemia. Y si queremos evitar efectos estacionales y comparamos con agosto de 2019, también este año son mayores.
Toda esa es una información muy satisfactoria, pero si espulgamos los datos nos quedan preguntas sin contestar.
La proporción de gente ocupada sigue por debajo de la que se daba antes de la pandemia. El empleo sería un 4% mayor si se hubiera mantenido la tasa de ocupación de hace cinco años. Resulta difícil imaginar como con un 4% menos de empleo disminuye la pobreza.
La medición de la pobreza por nivel de ingreso se efectúa comparando el ingreso per cápita de cada una de las familias con el costo per cápita de adquirir los bienes indispensables alimentarios y no alimentarios, tanto en zonas urbanas como en zonas rurales. Son pobres las familias cuyo ingreso no alcanza para comprar esos bienes y están en pobreza absoluta el subgrupo de las familias pobres que no pueden adquirir ni siquiera la canasta necesaria de alimentos.
El mayor impacto para la disminución de la pobreza este año se origina en el aumento de los ingresos, pues las líneas de pobreza y de pobreza extrema disminuyeron de 2023 a 2024 en un 1,3% y 3,1% respectivamente, mientras que los ingresos de los tres deciles con menores ingresos aumentaron 14,6%, 13,2% y 11,1 %.
Ese incremento de ingresos se da en forma elevadísima en las regiones costeras, excluyendo Guanacaste, donde el aumento del turismo y la inversión podrían justificar mayor crecimiento de los ingresos que en otras zonas, pero no se da.
Qué justifica un crecimiento del ingreso en las tres regiones más pobres del país, tal que la región Pacífico Central crece un 17,9%, la Brunca un 21% y la Huetar Caribe un 11,2%, lo que es tres, cuatro y dos veces mayor respectivamente al mayor crecimiento de las otras regiones.
Si vemos el aumento del ingreso por las diversas fuentes, el que más contribuye al crecimiento global es el proveniente de salarios formales que subió 4,8%, o sea, menos que el incremento total de los ingresos que fue de un 6,7%.
Las fuentes cuya contribución creció más fueron las remuneraciones al trabajo no por salarios formales (en buena medida ingresos por ocupaciones informales y por cuenta propia) y los otros ingresos que son transferencias públicas y privadas (no subsidios estatales y becas, que se miden aparte) e incluyen las pensiones, excepto las no contributivas que están en los subsidios del Estado. Estas dos fuentes de ingresos contribuyeron con más del 50% del crecimiento de los ingresos totales.
Es difícil dar la razón de ese fuerte crecimiento. El empleo informal solo aumentó un 1,7% entre mediados de 2023 y mediados de 2024. Las pensiones de vejez de IVM no tuvieron un crecimiento mayor este último año de la Encuesta de Hogares al anterior. ¿De dónde se origina el muy grande crecimiento de esas dos fuentes de ingresos?
La Encuesta de Hogares y la Encuesta Continua de Empleo nos dan muy buenas noticias, sin embargo, la cantidad de personas trabajando sigue siendo relativamente baja comparada con antes de la pandemia.
Y respecto a la medición de la pobreza por la línea de ingreso, quedan preguntas por responder.
*Expresidente de la República