Con miras al Primero de Mayo y al próximo periodo de sesiones extraordinarias, diputadas de cinco fracciones exigieron a Casa Presidencial “respeto” por la labor legislativa y “agenda nacional, así como un “alto a la violencia a las mujeres”.
Durante las últimas semanas, las legisladoras acusaron que Chaves ha incurrido en violencia política contra ellas, al igual que contra magistradas, juezas, personal médico, entre otras.
Por lo tanto, mediante una moción y un manifiesto, pidieron que cualquier persona que busque la Presidencia del Congreso mantenga el “diálogo permanente y negociación legítima” que se “antepongan a los intereses personales o grupales”, además de respeto por la labor de las congresistas.
“Una negociación para elegir el directorio político de la Asamblea Legislativa no debe reducirse a la simple distribución de puestos, sino que debe considerar una agenda nacional conformada por un conjunto de proyectos de ley con impacto positivo sobre el desarrollo económico y productivo del país y con medidas que busquen reducir el costo de vida, considerando que 4 de cada 10 costarricenses se endeudan para alimentarse.
Es crucial seguir avanzando en iniciativas que mejoren la seguridad ciudadana que hoy golpea al país con récords históricos de violencia homicida. La agenda debe comprometerse con el fortalecimiento de los pilares fundamentales de nuestro Estado Social de derecho, incluyendo la transformación del sistema educativo para que más jóvenes alcancen los más altos estándares de calidad, el fortalecimiento de los sistemas de salud y pensiones y la protección del medio ambiente, en tanto legado vital para las generaciones futuras”, indica el documento.
Tanto la moción como el manifiesto fueron suscritos por nueve diputadas de Liberación Nacional (PLN), tres del Frente Amplio (FA), tres de Nueva República (NR) y tres de Unidad Social Cristiana (PUSC), dos del Liberal Progresista (PLP), también por Luz Mary Alpízar de Progreso Social Democrático (PPSD) y la independiente María Marta Padilla.
“En un Estado democrático, es absolutamente válido diferir y debatir, pero nunca desacreditar al adversario y a la institución que representa, faltar a la verdad o atacar el principio de legalidad y las normas constitucionales (…). Muchas mujeres han sido objeto de violencia política, lo que socava el Estado de derecho y debilita la democracia. ¡Alto a la violencia en contra de las mujeres en la política!”, señala el texto.
“Esa es la negociación política a la que aspiramos: relevante frente a los grandes desafíos de la agenda nacional, transparente, respetuosa de la institucionalidad democrática y del Estado de derecho, y que dignifique el papel que históricamente la mujer ha jugado en la política costarricense. No podemos permitir que el país siga negociando puestos antes que prioridades nacionales”, se añade.
“HIPOCRESÍA”
La diputada afín a Zapote, Pilar Cisneros, afirmó que tanto la moción como el documento son “un himno a la hipocresía. ¡No somos hipócritas! (…). Eso es solo para defender a mujeres que están en contra del Gobierno y del oficialismo. Nunca han alzado la voz para defender a Marta Esquivel, a Joselyn Chacón, Laura Fernández, Ada Acuña, Paola Nájera, a Anna Katharina Müller o a mí (…).
Todas esas mujeres que se victimizan, pobrecita yo, necesito algo especial, ayuda y muletas, son las que no salen adelante (…). El presidente no ha sido irreverente, pero le han dicho bravucón, desbocado, chiquito, resentido psicópata, incendiario. ¡Hipócritas!”, subrayó.
NO VOTARON
La legisladora Daniela Rojas y el aspirante a la presidencia del Congreso, Horacio Alvarado, no votaron sobre el tema.
Se consultó al departamento de prensa del PUSC sobre ellos y comunicó que “el diputado había salido minutos antes (de la votación) porque anda con una lesión en su pie y lo iba a revisar el médico de la Asamblea”. En cuanto a Rojas, no hubo respuesta al cierre de edición.