Lic. Bernal Monge Pacheco
Consultor
Al empezar diciembre y en esta época de Navidad, de paz y amor, es fundamental tener siempre presente al hacedor de todas las cosas, nuestro Señor Jesucristo. Este tiempo debe servirnos para reflexionar y ser más bondadosos, ayudar a los más necesitados, debemos realizar acciones para propiciar un mundo de mayores oportunidades para todos los seres humanos.
La celebración nos ayuda a ser más solidarios con el prójimo, lo cual deberíamos hacer todo el año. Ese festejo hace de diciembre un mes con un significado especial donde las personas se animan a soñar, a sonreír, se dan permiso de olvidar los problemas y es también una oportunidad para reflexionar.
Navidad hace de diciembre el mes de la reconciliación, de la unión y la solidaridad. En este mundo convulsionado y con preocupaciones, nos brinda la oportunidad para escapar un instante de la tensión y experimentar paz y amor.
Espero que este diciembre nos permita hacer de nuestra vida que la paz, la esperanza, la solidaridad, el amor y la convicción de un futuro mejor llenen nuestra mente y corazón. La Navidad nos brinda una oportunidad especial, para evadir por un instante la tensión cotidiana y experimentar un poco de paz. Es la fiesta más popular, arraigada y alegre en cualquier lugar de la Tierra.
En esta ocasión, particularmente amenazados por guerras, hambrunas en algunos países y las grandes dificultades que pasan los pobres y los migrantes, es una gran oportunidad para meditar sobre los valores que acompañaron el Nacimiento de Jesús, en un pesebre, y para darnos cuenta de que se le concibió pobre y humilde en la oscuridad y silencio de la noche, con la adoración de sus padres.
Es una gran forma de pensar sobre los valores que acompañaron el Nacimiento de Jesús, para darnos cuenta de que Dios nació pobre y humilde en la oscuridad y silencio de la noche.
Nos invita, especialmente en estos tiempos de crisis, a que seamos más solidarios y compartamos con los demás. A ser más austeros y analizar bien cómo vamos a utilizar el aguinaldo, y que sea para bienestar de toda la familia.
Al finalizar el año deberíamos analizar sobre lo que realizamos en 2024, lo que dejamos de hacer y prepararnos para 2025. Es importante que se establezcan metas realistas para el próximo año y que les demos seguimiento.
Al iniciar 2025, sería importante que las personas se establezcan ciertos objetivos y metas por lograr, que sean razonables y realistas. Es fundamental también que las personas tengan un propósito general en su existencia, que sea el motor que los lleve a enfrentar retos y dificultades en aras de lograr ese propósito general.
Todos los días tenemos oportunidades para hacer los cambios necesarios que nos permitan mejorar nuestra condición de vida. Es el mejor momento para asumir el compromiso de vencer viejos hábitos negativos y variarlos por positivos, con la posibilidad de renovar nuestro cuerpo, la mente y el espíritu, optimizando así nuestro estilo de vida.