Cada 4 de febrero el mundo conmemora el Día Mundial contra el Cáncer, fecha que busca generar conciencia sobre una enfermedad que sigue siendo de las principales causas de muerte a nivel global. A pesar de los avances en la detección y el tratamiento, aún queda mucho por hacer para reducir su impacto, especialmente en la prevención y la educación de la población.
El cáncer es provocado por el crecimiento descontrolado de células anormales en el organismo, que pueden propagarse y afectar distintas partes del cuerpo.
No discrimina edad, género ni condición social, sin embargo, existen factores de riesgo que pueden minimizarse con cambios en el estilo de vida: evitar el tabaquismo, reducir el consumo de alcohol, mantener una alimentación equilibrada y realizar actividad física de manera constante.
La detección temprana juega un papel fundamental en la lucha contra esta enfermedad. Exámenes de rutina: mamografías, pruebas de Papanicolaou, colonoscopias y exámenes de próstata pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
La prevención no debe verse como una opción, sino como un deber individual y colectivo, sin embargo, persisten barreras que dificultan el acceso a estos controles, ya sea por desconocimiento, miedo o falta de recursos en los sistemas de salud.
En Costa Rica, cada año se diagnostican cerca de 13.000 nuevos casos, de estos, aproximadamente 7.000 logran vencerlo, mientras que el resto pierde la batalla. Los tipos más letales en el país son: el de pulmón, mama y próstata, los cuales podrían reducir su impacto con mayor conciencia y acceso a controles preventivos.
A pesar de las cifras preocupantes, hay avances. Los indicadores de supervivencia han mejorado hasta en un 20%, incluso en casos metastásicos. Esto refleja la importancia de los tratamientos oportunos y las innovaciones médicas, pero también recalca la necesidad de fortalecer las campañas de educación y promoción de la salud.
Es urgente erradicar el estigma asociado a esta enfermedad. La vergüenza, el miedo o la desinformación no pueden ser obstáculos para que las personas busquen atención médica a tiempo.
Debemos educar a nuestros niños y enseñarles que la detección temprana salva vidas y nadie debería sentirse solo en esta batalla.
El Día Mundial contra el Cáncer nos recuerda que la lucha no depende únicamente de los médicos y los pacientes, sino de toda la sociedad. La prevención, la educación y el acceso a tratamientos adecuados son clave para reducir la mortalidad.
En este desafío, la solidaridad y la conciencia colectiva pueden marcar la diferencia.
Costa Rica tiene el reto de seguir avanzando en la cobertura de atención oncológica, mejorar la infraestructura hospitalaria y garantizar que las campañas de prevención lleguen a todos los rincones del país.
La lucha contra el cáncer es un compromiso que no puede limitarse a un solo día al año, es una tarea constante, un llamado a la acción que exige responsabilidad y empatía de parte de todos.