Getsemaní, Heredia.- Se imagina llegar a recoger la platica de la quincena y que le salga en la pantalla que usted tiene en la cuenta más de ¢69 millones. A más de uno le daría un patatús o la saca y se da la gran vida.
Pues resulta que a la joven Josette Jiménez Coto, una técnica dental de Getsemaní de Heredia le pasó eso el miércoles pasado. “Yo quería ver cuanta plata me habían depositado y al ver 69 me dije qué madre me dieron la plata de solo una semana, pero vi el número muy largo y conté con calma. Me dije pero esto son millones y al final saqué lo que me correspondía ¢140 mil”.
Cuenta que entonces fue a varios cajeros y en todos le salía los 69 millones y unos cinquillos más, pero todavía pensaba que era un error. Fue al llegar a su casa cuando habló con su papá German Jiménez y su mamá Marina Coto, quienes le recomendaron no tocar ese dinero y más bien devolverlo. “Me dijeron que no la tocara y pensé que era plata de algo en que me quisieran involucrar. Un abogado me dijo que tenían que investigar de donde era esa plata y que mejor la devolviera pues podía ser algo entraño. El viernes fui al BAC a hablar y la muchacha me dijo que podía ser error de sistema o algo extraño. Después hablé con un muchacho y le dije que no era mía”, comentó la joven hija de un mecánico y una ama de casa que vive en una humilde casita de madera y piso chorreado.
“TODO EL MUNDO VA A DECIR
QUE SOY UNA ESTÚPIDA”
“Todo el mundo va a decir que soy una tonta y una estúpida, pero la verdad es que en una situación así se sabe lo que es. Además mi papás me enseñaron buenos principios y les hice caso. Fue el mejor consejo, no me arrepiento de haberlo hecho. La felicidad no se encuentra sino se construye. Eso es lo mejor, construir uno su propio futuro, ese dinero no era mío. Mucha gente me dice \’por qué no se dejó ni un milloncito pero la verdad es que no los tenía, entonces no me van a hacer falta. Yo estoy feliz con lo que tengo”, explicó esta ejemplar muchacha.
MAMÁ ORGULLOSA
En medio de una pila llena de platos por lavar, pues ese día en el barrio no había llegado el agua, doña Marina contó que se siente muy orgullosa de la menor de sus hijas. En verdad me siento muy orgullosa de ella, pues le hemos enseñado a nuestros hijos que las cosas se ganan y hay que ser honrado. Hay ganarse las cosas por su propio esfuerzo y en un caso de estos pueden salir perjudicadas más personas como la familia. Puede ser un error o una cama, una trampa para ensuciar personas porque la plata la ambicionamos todos. Más uno que pasa necesidades”, contó la señora.
Hay una campaña del mismo BAC que dice “valores como los tuyos”. Aquí esta joven demostró que vale más comerse una sopita negra con guineo o un pinto con la conciencia limpia, que haberse cegado por el vil metal.