El Tribunal Penal de Goicoechea continuó con la recepción de prueba testimonial para conocer mayores detalles en torno a la investigación por el secuestro y posible asesinato, el 24 de septiembre del 2018, del norteamericano William Sean Creighton Kopko, de 43 años.
El caso que se lleva dentro de la causa 18-027579-0042-PE investiga a 11 imputados por los presuntos delitos de asociación ilícita agravada, secuestro extorsivo agravado y robo agravado, pero no tiene acusados por la muerte del extranjero.
Se presume que Creighton fue privado de su libertad tras ser abordado por dos falsos oficiales de tránsito que le habrían indicado que se detuviera.
Los imputados habrían solicitado $5 millones en modalidad de bitcoins a cambio de dejar en libertad a Creigthon.
Sin embargo, su cuerpo fue encontrado sin vida en el cementerio de Quepos.
Durante la exposición desarrollada en la sala de juicio 3 de dicho recinto de justicia, el Tribunal y las partes involucradas recibieron la narración de algunos acontecimientos ocurridos tras la muerte del extranjero.
CARRO ABANDONADO
El primero en rendir testimonio fue el joven Josué David Sánchez, quien es estudiante y asistente legal, quien habría escuchado cerca de su casa en Heredia la colisión de un vehículo contra un muro.
El vehículo cumplía con características similares a un automotor propiedad del ahora fallecido. Este sería abandonado luego del choque.
“Yo estaba en mi casa y en eso escuché como un choque, se metió un carro a la propiedad, entonces salí de la casa al corredor y vi que el carro estaba echando humo, llamé al 9-1-1 y ahí me preguntaron todos los datos”, explicó.
Según mencionó el testigo, varios de los lugareños salieron a observar lo que sucedía, momento en el que aparentemente vieron a un sujeto que no pudo ser identificado salir corriendo de la escena del percance.
“Caras no, lo único que vi fue a una persona que salió del carro, creo que lo ayudaron a salir y la persona que salió del carro no la puedo identificar, la cara ni nada, porque andaba un casco de motocicleta”, señaló.
El joven explicó a través de un esquema la ruta que había tomado el vehículo antes de colisionar contra el muro.
Asimismo, Sánchez comento que el aparente conductor del automotor, tras estar fuera del vehículo, realizó una llamada y posteriormente huyó del sitio, sin dejar rastro.
“El carro lo dejaron ahí como por una semana y luego lo remolcaron. El carro era de color negro y, si no me equivoco, era un Porsche. Yo vi a varias personas corriendo, pero vi a la persona que venía manejando el carro. Él sale del carro y se queda un momento, tal vez dos o tres minutos y después de eso hizo una llamada y salió corriendo”, recalcó.
El testigo comentó que el vehículo quedó totalmente destruido, así como también la edificación donde colisionó.
Tras el incidente, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) habría iniciado una serie de indagaciones con las personas que presenciaron lo ocurrido, detalles que mencionó Sánchez durante su interrogación.
LLAMADAS
Por su parte, Rebeca Cháves, empleada en el área de administración de la empresa del occiso, contó los minutos de angustia y las amenazas que recibió tras la aparente privación de la libertad del hombre de 43 años.
Durante su participación en el debate, Cháves detalló al Tribunal de Juicio que en horas de la madrugada fue contactada por una persona de la cual no registraba el número, momento en el que iniciaría el complejo proceso.
“A la 1:54 a.m. la llamada solo entra y no da chance de contestar, solo una vez. Acto seguido, recibo una llamada de WhatsApp donde una persona me indica que tienen a mi jefe y que tengo que hacer lo que ellos me dicen, me empiezan a gritar”, expresó.
Tras no lograr comunicación con las personas que, en apariencia, mantenían retenido al extranjero, la administradora recibió algunos audios a través de la plataforma de mensajería WhatsApp, en lo que se escuchaba presuntamente la voz de quien era su jefe.
“Recibo un audio de ese número de teléfono de donde me estaban llamando de WhatsApp, donde se escucha la voz de mi jefe diciéndome que hay una gente que lo tiene retenido, que es una gente que está muy enojada con él, y me dice que a la que él le debe dinero, que tengo que hacer lo que me dice esa gente”, añadió.
Según expresó la testigo, en ese momento le habrían solicitado $5 millones para la liberación del extranjero y el ahora occiso habría solicitado no dar mayor detalle de lo que sucedía.
Cháves comentó que, tras las llamadas recibidas, tuvo contacto con los familiares de Creighton a quienes también estaban contactando, entre ellos, una mujer a la que mencionó como Laura, esposa del fallecido.
“Laura me indica que unas personas tenían retenido a mi jefe, que les ponga atención a los mensajes, que yo lo estoy ignorando, que si los sigo ignorándolos van a ir por mi mamá”, indicó.
DEPÓSITOS
Según detalló la testigo, ella se encargó de transferir en más de tres ocasiones cerca de $900,000, ya que no contaban con todo el monto solicitado.
Sin embargo, la empleada del norteamericano, después de enviar el dinero, solicitó pruebas que confirmarán que Creighton se encontraba en buen su estado.
“Yo le digo que voy a pedir a los que lo tiene retenido una prueba de vida, de que él está con vida, entonces solicito que me manden un video que muestre que él está bien y que son las 3 a.m. Pero no me mandan un video, me mandan un audio con la voz de él”, acotó.