San Francisco. (AFP)- El futuro de Twitter parecía pender de un hilo después de que sus oficinas fueron cerradas y empleados clave renunciaron en desafío a un ultimátum del nuevo propietario: el magnate Elon Musk.
Según exempleados y varios medios estadounidenses, cientos de empleados respondieron \”no\” al ultimátum del nuevo dueño y jefe, quien les había dado a elegir entre trabajar incansablemente \”para construir un Twitter 2.0 revolucionario\” o irse con tres meses de salario.
Musk, también patrón de Tesla y SpaceX, está bajo fuego desde que asumió la conducción de Twitter al comprarla en 44.000 millones de dólares.
La mitad de los 7.500 empleados del grupo californiano fueron despedidos hace dos semanas y al menos otros 700 ya habían dimitido en el verano boreal, incluso antes de estar seguros de que la operación de compraventa se concretaría.
Los intentos del magnate de renovar la verificación de usuarios con un polémico servicio de suscripción generaron muchas cuentas falsas y bromas, y provocaron que los principales anunciantes se alejaran de la plataforma.
Musk pareció seguir adelante con sus planes y restableció cuentas previamente prohibidas, salvo la del expresidente Donald Trump, que fue bloqueada tras el asalto al Capitolio en 2021.