Lo que en principio iba a desencadenar toda una novela entre personal administrativo y un legislador en la Asamblea Legislativa, terminó ayer en un acuerdo cordial entre las partes. Carlos Góngora, quien ahora es un diputado independiente, se trasladaría de la Casa Rosada al Edificio Sión, pero para esto pidió unas remodelaciones, las cuales incluían que un baño, de los dos que hay en el inmueble más “viejito” del Congreso, iba a dejar de funcionar.
Sin embargo ayer tras una serie de análisis la posibilidad fue desechada, por lo cual todos los funcionarios que trabajan en el edificio legislativo podrán seguir utilizando los dos servicios sanitarios con toda normalidad.
Para las personas que están en el Edificio Sión la noticia de que no se sacrificará uno de los baños fue muy positiva, debido a que la idea de usar solo uno para todo el personal puso a sudar a más de uno.
Muchos le dieron cabeza al asunto, analizaron que si en algún momento tenían una emergencia, solo había un servicio y si el mismo estaba ocupado, iban a tener que aguantar o salir disparados a los edificios aledaños para hacer sus necesidades.
Los cambios que pedía Góngora se deben en gran medida en que al parecer no había espacio suficiente para él y sus asesoras en la nueva oficina, por lo cual requería de un espacio más amplio para poder tener la comodidad necesaria, situación que al final no se dio.
El traslado del legislador se formuló debido a que al no ser más miembro del Movimiento Libertario iba a cambiar de oficina con Danilo Cubero, quien se encuentra en el edificio principal de la Asamblea, empero al parecer con la decisión de Góngora todo el plan se cayó.