Es muy diferente la forma en que se utiliza el término “verdad” actualmente en la UNA, a la forma en que fue utilizado por el Presbítero Benjamín Núñez hace ya más de 40 años.
La administración, la academia y los estudiantes, todos los sectores de la institución se encuentran en un estado de incertidumbre probablemente nunca antes visto en la historia de la universidad necesaria, como históricamente ha sido conocida la UNA, dada su vocación orientada al beneficio de los sectores mayormente desfavorecidos en Costa Rica.
En medio de la crisis, quienes realmente manejan datos certeros los modifican a su antojo, aprovechando la valiosa oportunidad que les genera su conocimiento, para mover las fichas a su conveniencia, para manipular el imaginario y la visión que se tiene de los problemas a lo interno y a lo externo de la UNA y probablemente, hasta para alargar y empeorar la situación de crisis, que a muchos les resulta política, ideológica y/o económicamente conveniente.
Otro elemento que dificulta las cosas, además de la desinformación, es la profunda división política e ideológica existente en cada uno de los sectores, principalmente en el movimiento estudiantil, misma que tiene su raíz en la enorme falta de madurez que presentan algunos de los actores políticos principales de la institución y que en el caso de los estudiantes, ha impedido encontrar soluciones eficaces a la problemática que se enfrenta.
De los ejemplos más claros es, la mal llamada, necesaria destitución de la totalidad de los miembros del actual directorio de la FEUNA (DEUNA), por una, también mal llamada, falta grave en el desempeño de sus funciones.
Dicha sanción, fue impuesta al directorio de FEUNA, producto de un error de procedimiento cometido por 3 de sus integrantes, el cual, consistió en nombrar en sesión del propio DEUNA a 3 representantes del movimiento estudiantil para que asistieran a un evento interuniversitario en Guatemala, cuando esta decisión tenía que ser tomada en otro órgano, el Consejo de Asociaciones de la UNA (CAEUNA). Claramente, aunque los miembros del directorio alegaron desconocer el proceso, cometieron una falta que debía ser sancionada, pero nunca de la manera en que se hizo, pues la propia sanción y la forma en que se ejecutó, constituyen una falta más grave que el propio error cometido por el directorio.
Una sanción como esta, debe ser impuesta desde el seno del CAEUNA, como efectivamente se dio, pero el grave problema, es que la sesión en la que se impuso la medida, no era válida por muchos aspectos. Por ejemplo, se irrespetaron varias de las normas que por estatuto están establecidas, tanto para convocar a una sesión de CAEUNA, como para sancionar al DEUNA. Entre las faltas, se pueden señalar, la inexistencia de una convocatoria con 8 días de anticipación a todas las asociaciones de estudiantes de la UNA, o la falta del número mínimo de asociaciones presentes en sesión para poder hacer válidas las decisiones, que es 18 y que en esta ocasión, no se llegó a cumplir.
Otro aspecto importante, es que la falta cometida, no puede ser considerada como grave, pues es un claro error de procedimiento, cometido solamente por 3 de los miembros del DEUNA, nunca por la totalidad de estos, por lo que la sanción impuesta claramente no aplica.
Pero si esto es así, la pregunta es ¿Por qué se aplicó la sanción? Pues la respuesta es muy sencilla, porque en dicha sesión, quienes tuvieron la mayoría de votos, producto de la poca participación que hubo, fue un grupo de estudiantes, que es el que le ha dado alas a varias figuras públicas como la señora rectora, para decir que el movimiento estudiantil de la UNA es un simple grupo de revoltosos.
Miembros de este muy pequeño grupo de estudiantes, son quienes en marchas como la del fotocopiado, han recurrido a la violencia para defender sus ideales mayoritariamente anarquistas, quienes en eventos como la celebración del 40 aniversario de la UNA, agredieron violentamente a varios de los asistentes e incluso, dañaron la infraestructura de la propia universidad a la que supuestamente aman. Miembros de este mismo grupo, son quienes han dejado al movimiento estudiantil por el suelo y se han encargado de entorpecer el proceso de defensa de los derechos y de violentar procesos democráticos como la elección del actual DEUNA, por medio de acciones ilógicas e incoherentes. Son muchos de los que hoy se hacen llamar asambleas de resistencia en la UNA, un espacio denominado democrático, pero que en la realidad parece más impositivo que ninguna otra cosa y que atenta contra la estabilidad y el bienestar del movimiento estudiantil en la UNA.
La crisis en la UNA, más grave de lo que este ejemplo permite describir, solamente puede ser solucionada con la fuerza de la unión, unión que tiene que formarse entre quienes, sin importar si son estudiantes, académicos o administrativos, de verdad aman esta institución.
Más que manifestarse por la ley de fotocopias, por el presupuesto universitario, debe existir una manifestación de voluntad que apele a la unidad y no a la división ni a la violencia para defender los intereses institucionales y principalmente estudiantiles.
Para ello, debemos restarle importancia a grupos divisorios y violentos, empezar a trabajar en conjunto por mantener viva y fortaleciéndose constantemente, una institución tan noble como lo es la Universidad Nacional de Costa Rica.
*Presidente Asociación de Estudiantes de Relaciones Internacionales y Comercio y Negocios Internacionales, Universidad Nacional de Costa Rica