Hay situaciones que todos conocemos, pero por una u otra razón preferimos hacernos como que no pasa nada, solo que cuando se hace una radiografía del país y ya hay datos tangibles resulta imposible seguir haciéndose de la vista gorda.
esto sucede cuando se dan los resultados del Informe del Estado de la Nación, que en esta oportunidad nos dejan como un país donde la desigualdad se apodera de la población y se acrecienta cada día más.
Resulta sumamente preocupante saber que para esta ocasión se presenta la mayor desigualdad de los últimos 34 años. En definitiva, la pandemia y las situaciones que vinieron después de esta vinieron a desnudar las dos Costa Ricas que existen en este momento.
Mientras los pudientes se sintieron como de vacaciones, porque muchos pasaron de hotel en hotel o hasta tenían piscina en sus hogares, los que menos tenían vieron cómo perdían sus trabajos, sus casas y hasta a sus familiares. El encierro hizo que el hacinamiento y el poco espacio de muchos de los hogares los hicieran cada vez más chiquiticos y era insostenible para algunos.
Además, se siguen aumentando las brechas en temas como recuperación de empleo y la producción del país, no podemos tapar el sol con un dedo, la verdad son muchas las personas desempleadas en el país y la gente no tiene mucha esperanza de que esto vaya a mejorar a corto plazo.
Durante muchas décadas en Costa Rica habían existido tres clases sociales, los ricos, los pobres y los de clase media, pero todo lo que ha ocurrido en nuestro país ha ido ensanchando las diferencias entre estas clases y ha logrado que poco a poco la clase media, que era la mayor parte de los costarricenses, vaya desapareciendo. El problema es que no sucede porque la mayoría de las personas han aumentado su poder adquisitivo, sino porque lo han ido perdiendo con el paso del tiempo. Es vital tomar cartas en el asunto ante muchos de los señalamientos realizados por el estudio, pues enumera que existe un alto nivel de pobreza el cual se mantiene en el 23% de los hogares.
El problema es que cuando hablamos de números tangibles la cosa se ve aún más grave porque el porcentaje se traduce en al menos 200 mil hogares afectados, y antes se hablaba de barriadas particulares, ahora la pobreza se ha extendido a todo el país.
Quizá entre las principales problemáticas es que no hemos podido recuperar los porcentajes de empleo que había antes de pandemia, que de por sí ya estaba mal antes de la llegada del Covid. Bastaba con pasar por las calles capitalinas para ver el montón de edificios que habían cerrado sus puertas.
Es muy curioso que los de clase alta sí pudieron recuperarse y estar a niveles de prepandemia, mientras los más pobres no han podido volver a la normalidad. De hecho, muchos no han podido ni siquiera volver a tener trabajo.
Es momento de tomar los datos del Estado de la Nación y usarlos para buscar soluciones, no hacemos nada con que se sigan efectuando estudios si se engavetan los resultados y no se les da un buen uso, buscando cómo brindar una mejor calidad de vida a los ticos, generar opciones de empleo para bajar, y por qué no, eliminar los porcentajes de pobreza que hay en este momento.