Los ranchos de paja, los tres leños encendidos para cocinar y calentarse en las frías noches, el convivir con cerdos y perros flacos son menos en Alta Talamanca, ahora los indígenas los cambian por coloridas casas de madera que se ven desde el aire.
En un sobrevuelo desde el helicóptero de Servicio de Vigilancia Aérea se divisan colores vivos como el rojo, el amarillo, el verde encendido y el rebote de la luz del sol en los techos son las viviendas que les construyeron a los cabécares en su territorio.
Estos inmuebles cuentan con una cocina y su fregadero, las habitaciones están aparte de la cocina y un servicio sanitario de hueco, pero en buenas condiciones y pintado del mismo color que las casas.
Se nota que les ha costado adaptarse a esta nueva forma de vida porque se divisa que sus ranchos de paja y piso de tierra no los quieren dejar, pues construyen sus nuevos hogares a la par.
Tal como lo informó ampliamente DIARIO EXTRA en su edición de ayer, la siembra de matas de marihuana, que se adaptan a cualquier clima, hace de Talamanca el lugar favorito para los narcotraficantes.
La preparación empieza con las medidas del terreno. “Es bien grande”, asegura un oficial de la Policía de Control de Drogas (PCD).
6 mil metros cuadrados mide la plantación que será destruida por seis agentes, mientras a lo lejos se escucha el eco de un disparo en la montaña. Es un claro indicio de que ya ubicaron otra plantación.
Todos colaboran pero uno de ellos estará pendiente de la seguridad. Barquero, policía de San Vito que por más de 20 años acompaña a estos grupos destructores de marihuana, es el experto en montar una fogata para quemar todas las plantas, después de apartar varias que serán llevadas al Ministerio Público como prueba.
EN SU RATO LIBRE AYUDA
El médico Cruz saca vacaciones de su trabajo para internarse en las espesas montañas de Talamanca con una decena de policías y así poner sus conocimientos al servicio de los niños indígenas.
Este doctor ayudó a que una madre indígena diera a luz y en buen estado de salud a su primogénita, que en medio de miles de matas de mota dio su primer llanto.
Según agentes de la PCD, Talamanca es la zona preferida por los narcos para cultivar marihuana por su lejanía, extensos terrenos y fácil manera de convencer a los indígenas.
En julio las autoridades erradicaron 400 mil plantas de diferentes tamaños y en lo que llevamos del año más de 1 millón han sido quemadas en la misma selva, donde a cambio de cuidar la siembra les pagan a los indígenas con víveres.
Pese a la baja calidad de la hierba, en comparación con la marihuana colombiana, los adictos siguen consumiéndola por solo ¢1.000 el puro.
La policía aseguró que no descuidará uno de los cantones más pobres del país, por eso seguirá realizando operativos para erradicar ese mal que aqueja a la población.
EXPERTOS CAZADORES
Los oficiales antidrogas corroboraron que los indígenas son expertos cazadores con armas que ellos mismos fabrican, incluso sus proyectiles son hechos de barro que ponen a secar y quedan como balines.
Para perfeccionar la puntería capturan todo tipo de aves, prácticamente a todo lo que se mueve en la selva le ponen el ojo y el proyectil mata la presa, que ponen a cocinar y comen como parte de su dieta.