Hoy miércoles a las 10:30 a.m., en los Tribunales de Justicia, concluirá el caso del asesinato de Luany Valeria Salazar, joven de 23 años de edad a quien mataron de dos puñaladas. A la mujer le pusieron cinta en la cabeza, la forraron con bolsas jardineras y la enterraron en un patio.
El abogado querellante pide 50 años de prisión al único sospechoso, de apellidos Mejía Chavarría, así como 100 millones de colones producto de todos los daños ocasionados. Por ejemplo, su madre está medicada con un tratamiento psiquiátrico por el sufrimiento que carga.
“El imputado declaró toda la mañana de acuerdo a los consejos de su abogado, el Ministerio Público indicó que se acreditó la hipótesis fáctica que se acusó, por lo que los hechos que se imputaron en contra del acusado son clasificados como un delito de homicidio calificado en conjunto ideal con un delito de hurto agravado. Se lograron acreditar de acuerdo al análisis de la prueba testimonial, documental y pericial”, comentó Carolina Martínez Solano, Fiscal del caso, quien pide 31 años de cárcel contra Mejía, a quien señala de haber cambiado varias veces su versión de los hechos.
El abogado de Mejía, en una escueta defensa, argumentó que la escena estaba sucia porque ingresaron terceros a la vivienda. Ese día encontraron el cadáver de Luany enterrado en una vivienda propiedad de un allegado del acusado.
“Estamos en la etapa de conclusiones, esta representación pedirá libertad inmediata (…) el cliente tiene mucho tiempo privado de libertad por lo que ocupamos que se apresuren las conclusiones, con base a aspectos fundamentales como la contaminación de la escena del crimen, que ha querido desvirtuar el Ministerio Público, pero es evidente que la escena se contaminó cuando entraron 30 personas a la casa cuando descubrieron que debajo de una maceta estaba el cuerpo de la occisa”, comentó Francisco Herrera Umaña, abogado defensor.