Rodrigo Ignacio Hernández Hernández, oriundo de San José y de 57 años, se ha vuelto todo un icono en la actividad culinaria por cubrir eventos de gran importancia como salonero en diferentes partes del país.
Hernández conversó con DIARIO EXTRA e hizo un recorrido de sus anécdotas, actividades más importantes, sus inicios en este negocio y habló de los retos a los que se ha tenido que enfrentar en estos 30 años siendo salonero.
“(Comencé) desde que tenía 14 años porque mi papá era el que tenía esto de los saloneros y mi papá lo inicia. Todos (en mi familia) fueron haciendo clientes. Jovencito iba a lavar vasos porque papá tenía fiestas de los judíos, ahí estaba mi papá”, señaló Hernández.
Este vecino de San José tiene cuatro hijos; dos varones y dos mujeres.
SU PADRE, EL FUNDADOR
La familia Hernández desde hace muchos años comenzó a emprender en el mundo de los saloneros de eventos.
Su padre, Juan Antonio Hernández, quien ya falleció, fue el que empezó esta travesía y tuvo la oportunidad de estar en actividades de gran importancia como la visita del papa Juan Pablo II en los años 80.
Por otro lado, a su padre lo conocían muchos embajadores, por lo que estuvo presente en actividades de distintos Estados en suelo costarricense.
EMBAJADAS Y OTRAS ACTIVIDADES
Rodrigo Ignacio Hernández agregó que comenzó lavando platos, pero que después fue creciendo hasta ser una persona reconocida por expresidentes de la República. “Siempre he sido un salonero más”, agregó.
Por su parte, este salonero comentó al Diario del Pueblo que ha participado en muchos eventos de embajadas pero que actualmente las de Perú, Corea, México y España lo llaman constantemente.
Además, estuvo en eventos como la Cumbre de las Américas, en la casa de Óscar Arias en el matrimonio de su hija, así como actividades con Miguel Ángel Rodríguez.
DATOS CURIOSOS SOBRE EVENTOS
Entre las actividades más importantes que ha cubierto está el traspaso de poderes cuando entraba la expresidenta Laura chinchilla.
Asegura que las comidas exóticas que piden mucho son salmones y lomitos.
También indicó que la “gente repite mucho”.
El gallo pinto no puede faltar, es la comida que también solicitan.
Encontrar espacio en la agenda de este salonero es cosa seria, es más fácil pegarse la lotería. Pasa lleno por la gran cantidad de clientes que quieren sus servicios.
ANÉCDOTA
Rodrigo Hernández
Salonero
“Pasaron la orden de sentarse y cuando venía Óscar Arias no había campo para él y entonces llegué yo y me puse a contar los puestos y estaba todo lleno, y yo ¿ahora donde lo siento?, tuve que decir: disculpen don Óscar viene a esta mesa y no hay campo, la única forma es quitar los platos base y que ustedes me ayuden a hacer espacios, se corren un poquito. Esto fue cuando se casó la hija”