El problema migratorio que se está generando con la nueva ola de venezolanos comienza a hacerse visible en las calles capitalinas, donde los suramericanos son fácilmente reconocidos, pues se les ve vendiendo confites o pasando la noche en tiendas de campaña.
ENTRE 500 Y 600 DIARIOS
El tema es que, así como ocurrió en el 2014 con la ola de cubanos, posteriormente los haitianos y extracontinentales, ahora está ocurriendo lo mismo con los venezolanos que están entrando de manera irregular burlando los controles migratorios en la frontera con Panamá.
Según supo DIARIO EXTRA, entre 500 y 600 venezolanos al día cruzan a Costa Rica de forma irregular, provenientes de los albergues panameños a los que llegan después de hacer la travesía de 6 días a través del tapón del Darién y, al no dar abasto, a la autoridad panameña le toca liberarlos.
La mayoría, que busca el sueño americano, se las ingenian para llegar a San José y son los grupos se están haciendo visibles.
Muchas veces, a pesar de que estas personas se supone que pasaron por los controles migratorios nacionales, no hay documentos que digan que pasaron por Panamá, eso implica que no los podemos devolver, y las autoridades nacionales deben abordarlos, pues ya están en Costa Rica, convirtiéndose en un problema que toca resolver.
Estos extranjeros son influenciados por las políticas de la administración Biden que permitirían el ingreso de 320 mil venezolanos hasta marzo del 2024, lo cierto es que ese número será limitado a aquellos que llegaron a suelo estadounidense antes de marzo del 2021.
“Son grupos que cruzan el país de manera irregular, cuando llegan a la frontera y la Policía Profesional de Migración (PPM) los detecta, de inmediato se les puede enviar a Panamá, pero cuando llegan a San José y son detectados, al no contar con documentación, es difícil determinar que cruzaron la frontera sur, situación que abordamos abriendo el debido proceso, incluso hasta la deportación”, sostuvo Allan Rodríguez, subdirector de Migración.
Según Rodríguez, ya tienen identificados muchos de los puntos que utilizan, el problema es que cuando van a buscarlos, su paso es tan expedito que ya no los encuentran.
COYOTES COBRAN $200
Se sabe que hay taxistas que desde la terminal de Tracopa, en San José, les cobran entre 75 y 100 dólares para llevarlos a Peñas Blancas, mientras que un coyote les cobra desde la frontera con Panamá a la frontera con Nicaragua, propiamente a Los Chiles, entre 100 a 200 dólares. “De momento, tenemos habilitada la Estación Migratoria Bicentenaria Sur (Emibisur), ubicada en la antigua fábrica Maderín, en Corredores, Zona Sur, y se usa para extranjeros en extrema vulnerabilidad o en condiciones de salud difíciles, como contagiados con Covid e incluso con malaria que pudieron adquirir en el Darién o para situaciones como aislamiento o grupos familiares. Mientras que, en San José, en coordinación con ONG se buscan espacios de albergues de emergencias con cupos limitados y es parte de las medidas que hemos hecho desde la administración e incluso buscamos ayuda con organismos internacionales como UNICEF, la OIM, para ayudarles”, concluyó Rodríguez.