Era una madrugada tranquila en Barranca, localidad de la bella Perla del Pacífico, Puntarenas, cuando de pronto el silencio se vio interrumpido, primero por una escupefuego, luego tanto por sirenas como luces azules y rojas.
Un hombre de apellido Palma, de 56 años, se encontraba en la vía pública acostado sobre un charco de sangre. Tras el abordaje de los cuerpos de socorro, le encontraron en la revisión superficial al menos tres bombazos, dos en la espalda y uno en la rodilla, situación por la cual se apuraron a estabilizarlo en la escena para luego emprender el viaje directo al hospital Monseñor Sanabria, donde el herido ingresó de urgencia.
La Fuerza Pública también acudió al sitio, pues Palma fue herido por arma de fuego. Los efectivos buscaron al gatillero, sin embargo, y pese al operativo que se montó, fue imposible dar con sospechosos.
El hecho llama la atención porque las balaceras habían parado, especialmente en este lugar, como si se tratara de una tregua entre las bandas de narcos que operan en esta comunidad.
No obstante, ante esta lluvia de plomo pareciera que aquello no fue así y, aunque el caso está bajo investigación judicial, se descarta el móvil del robo, pues a la víctima no le quitaron ninguna de sus pertenencias.