CHICAGO (SEP) – Estados Unidos mantiene intacta su condición de favorito para llevarse la Copa Oro 2013, una vez que llega con marca perfecta a la gran final de mañana ante una Panamá que sigue demostrando que tiene hambre de hacer cosas importantes y desafiando a su propia historia futbolística, está a tan solo un paso de conseguir su primer título continental.
Si esta final fuera una metáfora, seguramente nos recordaría a la historia de David contra Goliat, y sobraría decir quién adoptaría cada rol protagónico. La semifinal entre los norteamericanos y Honduras resultó ser una de las mejores presentaciones de los dirigidos por Jürgen Klinsmann quienes lograron desplegar lo que muchos suponen sería el sistema ideal para esta selección. Con toques de primera intención, de máximo dos pases y buscando siempre la verticalidad. La selección “B” de las barras y las estrellas parece por momentos estar presionando fuerte para ser la A.
Debido al paso arrollador que está teniendo Klinsmann con su selección en el 2013, ya acumula una racha de diez partidos consecutivos con puras victorias. Panamá goza de estar en un estado de gracia nunca antes visto en su fútbol, ya que aunado a derrotar a los mexicanos en dos ocasiones para meterse en la final de la copa se encuentra también peleando fuertemente por un boleto al Mundial en el Hexagonal Final. Los panameños además tienen el beneficio de no cargar con el estrés y la presión que genera ser el favorito, algo que sí carga su próximo rival. Por lo que llegan a esta instancia tumbando gigantes en su camino y con todo que ganar y muy poco, sino es que nada que perder.
La ciudad de los vientos recibirá la final de la Copa Oro mañana a las 2 p.m. hora tica, y será ahí sobre el Soldier Field que sabremos quién es el nuevo rey de la zona, un viejo portador de la corona o un nuevo e inédito monarca. La última vez que Estados Unidos ganara la copa en el 2007 fue precisamente en Chicago lo cual es solo un ingrediente más que se mezcla con todos los demás que dan como favorito a los norteamericanos. Los panameños se han deshecho de cualquier atadura de lo que dicta su pasado y siguen soñando en un dulce sueño del cual no se les ven ganas de despertar.