La Sala Constitucional se encuentra estrenando presidente, en esta oportunidad el puesto recayó por unanimidad en Gilbert Armijo. Un abogado con una larga carrera judicial, quien además vivió en carne propia las carencias de muchos costarricenses de la zona rural.
Oriundo del cantón puntarenense de Esparza, realizó todos sus estudios en centros educativos públicos, gracias al esfuerzo de su madre, Ruth Sancho Rodríguez, cabeza de hogar, la cual sembró en él la semilla de la solidaridad y la búsqueda de la justicia.
“Yo generalmente no analizo los casos desde el punto frío de la ley, con el tiempo aprendí que justicia es la perpetua constante de dar a cada uno lo suyo. Lo que quiere decir que se le debe dar la razón a quien yo creo que tiene la razón. Tampoco le doy la razón a quien no la tiene”, comentó el letrado.
Él ha sido el responsable de detener importantes proyectos, como el caso Crucitas y la Reforma Fiscal, haciendo ver quiénes fueron responsables de los errores que en esos casos se habían cometido, aunque eso le significara “echarse encima” a una cúpula política.
“Desde que entré en el 96 y he estado aquí en propiedad desde 2002 y lo que puedo decir es que ni he recibido llamadas, seguro porque saben que soy un irreverente y quien sabe cómo podrían salir las cosas. Porque aparte de esto de darle la razón a quien la tiene es que se joda el que se tiene que joder”, agregó Armijo.
RETOS A FUTURO
Su principal reto en este momento es poder lograr consenso entre sus compañeros de la Sala a la hora de resolver casos complejos y de no lograrse, respetar la opinión del resto de los magistrados.
También aseguró que se encuentra trabajando en lograr que la Ley sea pronta y cumplida para todos, es por ello que ha implementado una metodología de trabajo que ha permitido reducir significativamente los tiempos de espera.
“En estos meses que estamos en la Sala hemos sacado más acciones que nunca, porque generalmente las recibo yo, las analizo y las llevo al pleno. Esto ha permitido que el circulante en acciones bajara exponencialmente”, comentó.
No obstante, su principal preocupación es no permitir que los detractores de la Sala Constitucional logren su cometido de cambiar la esencia de la Sala IV, a través de las modificaciones que se están gestando desde la Asamblea Legislativa.