Para lograr sacar a los Somoza del poder ella se unió al Frente Sandinista por la Liberación Nacional y participó como comandante de aquel movimiento que logró su cometido en Nicaragua. Sin embargo, hoy rechaza lo que está haciendo Daniel Ortega junto a su esposa, Rosario Murillo, quienes fueron compañeros de lucha.
Mónica Baltodano está en Costa Rica dando a conocer lo que ha venido ocurriendo en su país y las atrocidades de las que están siendo víctimas, que ya dejan más de 400 muertos en una lucha que se acabará solo cuando Ortega deje la silla presidencial.
Ella visitó las instalaciones de Diario Extra y conversó lo que se está viviendo y todo lo que hay detrás de una crisis que no se atreve a decir cuándo terminará. Este es un extracto de esa conversación.
¿En qué momento Daniel Ortega se convierte en lo contrario a lo que el movimiento sandinista quería?
-Él empezó a moverse a una posición distinta a los principios del movimiento sandinista y de esa organización que significó tanto para Nicaragua en los años noventa. La señal clara fue el pacto que firmó de reparto del poder Arnoldo Alemán que acababa de subir a la presidencia en de la República en el año 99. Reformaron la ley electoral, la del Poder Legislativo, del Poder judicial. A partir de ahí comenzó la corrupción de las instituciones.
¿El Frente Sandinista ya se separó o está con él?
-Solo usa el nombre, porque como partido político sufrió varios procesos de desgrane, en el 94, 98 y ahorita es el principal desgrane. El propio hermano ha dado declaraciones fuertes contra lo que está haciendo Ortega y lo llamó a ordenar desarmar los paramilitares.
¿Comparado con lo que usted vivió con Somoza, qué reflexión hace?
-Yo siempre lo comparo a él con el primer Somoza, populista y si lo comparo con él, este tiene un comportamiento mucho más criminal, porque aquel Somoza en 10 años asesinó un estudiante, si dejáramos que gobernara cinco años más, Ortega ametralla poblados y tira los tanques contra la gente. Ahora se está comportando peor que Somoza y un ejemplo es que a todos los que nos capturaron en ese tiempo los juicios fueron públicos en cambio ahora son secretos, sin derecho a nada. Esto ya no es sandinismo.
¿Cómo vuelve Ortega a la presidencia?
-Llega en el 2006 con el 37,8% de los votos porque una de las reformas que hizo con el pacto es a la ley electoral que eliminó la segunda vuelta y la necesidad de tener que obtener más del 45% de los votos, si no que con 35% puede ganar si la diferencia es mayor al 5% y después de ahí se comenzó a adueñar del poder con la compra de conciencias, incluso el Consejo Electoral y desde ese momento no se puede decir que ha habido elecciones buenas, ya en el 2008 hubo fraude.
¿Ese hacerse con el poder qué desató?
-Ya en ese momento comenzaron las protestas en su contra y la represión de estas, pero utilizando gente civil que iba con bates, palos, chuzos eléctricos a reprimir y con eso consiguió el miedo generalizado y utilizando el Consejo Electoral robaba elecciones y con el Poder Judicial te procesaba. Además, hizo un acuerdo de gobernabilidad con el gran capital financiero y de las distintas cámaras.
¿Qué cambia entonces este 18 de abril?
-Estalló una sublevación, porque días antes había habido unas protestas porque se había incendiado una reserva biológica patrimonio de la humanidad y el gobierno no hacía nada, ahí vino una reforma a la ley de las pensiones que afectaba a todas las personas. Esa fue la primera vez que no consensuaban algo con el Consejo Superior de la Empresa Privada. Los jóvenes respaldaron a los ancianos que salieron a protestar y la respuesta del gobierno fue brutal, a la gente le rajaron la cabeza, a los periodistas los golpearon y les robaron las cámaras.
¿Después qué ha pasado?
-Al tercer día de protestas ya hubo disparos y mataron muchachos, pensaron que con eso la gente se iba a detener y se iba a asustar. Sin embargo, se enojaron más y la gente comenzó a construir barricadas para que no pasaran. Ahí ya venían a disparar gente de civil y los policías disparaban balas de goma, hay 18 muchachos que perdieron un ojo por esta razón.
¿Ya quitaron esas barricadas?
-Él se reorganizó y decidió destruir los tranques y las barricadas, uno a uno para concentrar la fuerza en lugares específicos para garantizar que iban a lograr reabrir el paso.
¿Hay presos políticos por esta situación?
-Hay más de 400 muertos, dos mil y pico de heridos, 500 personas fueron capturadas, 160 permanecen como presos políticos y ya están condenados. Se dictó una ley antiterrorismo y se dictaron juicios exprés sin derecho a la defensa, sin que los presos se puedan entrevistar, han violentado derechos humanos y el código penal.
Se había abierto una mesa de diálogo, pero actualmente está suspendida justamente por todo esto, ¿cree que se pueda retomar?
-Esa es la presión internacional que está haciendo la OEA, lo ha instado, se confirmó que tiene que visitar el país, él dice que no va a entrar, pero la misión es lograr que se recupere el diálogo y se adelanten las elecciones. Ellos ya perdieron el respaldo del capital, del pueblo, de la conferencia episcopal, de los médicos, prácticamente solo le quedan los policías. Hay un futuro incierto.
¿Qué está haciendo el pueblo?
-Ahora nos estamos reorganizando para encontrar otras formas de resistencia para levantar nuevamente la ola de protestas a un nivel que lo obligue y complemente los esfuerzos a nivel internacional.
¿Las protestas donde se ve el apoyo a Ortega, son reales, qué gente va?
-Siempre que hay una manifestación él organiza una contramarcha, antes eran masas que nos tiraban a movilizaciones pequeñas y nos perseguían, pero ahora ninguna de esas contramarchas es mayor a las nuestras, son empleados públicos obligados so pena de ser despedidos. Además hay invasión de tierras a la gente que no los apoya, porque llevan a los pobres les dicen tomen esa tierra a cambio de ir a las marchas.
¿Cuál cree que será la salida a esta crisis?
-La parte de la economía está destrozada, ha saqueado las reservas del banco para sufragar los gastos de gobierno, el turismo está caído, entonces está metiendo al país en una inviabilidad. Es urgente su salida, es una persona que ha hecho mucho daño y tiene que ser por el diálogo o será por otra oleada de represión que lo lleven a renunciar.