Después de dos días de sobre vuelos, en avionetas del Servicio de Vigilancia Aérea, oficiales de la Policía Control de Drogas (PCD, de gran experiencia en recorrer las espesas montañas de Talamanca) ubican un terreno con más de un millón de plantas de esta hierba donde una madre indígena dio a luz.
Lupe Chávez, indígena Cabécar, tuvo la providencia de que en su poblado, Telire, se encontraran policías antidrogas y con ellos dos médicos, para que la asistieran en su parto en medio de plantas de mota, lo que hacía sospechar era de alta peligrosidad.
Cuando el galeno llegó, la futura madre estaba pujando y la cabecita de la bebé se dejaba ver cerca de la vagina. Los achaques eran cada vez más frecuentes y fuertes, pero nada que nacía. La recomendación que los médicos le hicieron a Virgilio, futuro papá, era que si los dolores aumentaban se dirigiera inmediatamente al puesto para atender a la mujer.
Eran las 2 a.m. cuando Virgilio irrumpió el sueño de los oficiales, la hora del nacimiento llegó, los médicos estaban listos; esta vez hubo agua caliente para esterilizar una tijera especial y cortar el cordón umbilical. Una camilla improvisada sirvió para reposar a la mujer. Son muy pocas las féminas en esa zona que cuentan con la ayuda de dos médicos y un oficial de la PCD quien asistía con las herramientas básicas.
William, oficial de la Unidad de Intervención Policial (UIP), acompañó al equipo y esperó en las afueras del rancho; su ilusión era escuchar el llanto del niño y muy satisfecho porque lo logró.
“Qué alegría es llegar a esta zona tan remota donde habitan mas de siete mil personas en extrema pobreza y muy pocos servicios disponibles para un ser humano. La gran bendición de Dios que nos tocara ver y colaborar en el nacimiento de un ser humano y poder atender a la madre como se lo merece, no importa lo que hemos pasado”, recordó.
AYUDA HUMANITARIA
Luis Blanco, médico de la clínica de Zarcero, tomó sus vacaciones para acompañar a su colega de la policía, Diego Cruz, para atender a la mujer al aire libre donde niños y adultos son atendidos en un centro de atención de salud que se encuentra en Telire, y que es visitado cada 6 meses por trabajadores de salud.
Aproximadamente quince menores y 25 adultos fueron revisados por los médicos que determinaron padecimientos como parasitosis, desnutrición, infecciones respiratorias, enfermedades de la piel por falta de calzado y una labor de parto. Gracias a la colaboración de la Caja Costarricense de Seguro Social se pudo llevar medicamentos que aliviarán los problemas de salud que padece esta población indígena Cabécar.
El caminar horas, y hasta días con su niño en la espalda, no es obstáculo para una madre indígena con tal de llegar a los médicos y le ayuden aliviar el llanto de su hijo el cual viene con un problema estomacal o picazón en su pie, esto es lo que viven a diario algunos indígenas.
El nacimiento en esta zona montañosa es totalmente natural, la indígena recostada en una hamaca puja para expulsar al nuevo ser. En muchas ocasiones los bebés llegan hasta el piso de tierra donde su madre con gran esfuerzo lo recoge en sus brazos mientras el hombre desinfecta un cuchillo de cocina en las brazas del fuego, que permanece siempre con dos palos en su rancho, para desligar al niño del cordón umbilical.
EN BUSCA DE MARIHUANA
Con un sol radiante, una treintena de policías prepara el equipo para internarse en las montañas; uno a uno revisan que vaya todo lo que necesario para desaparecer los miles de plantíos que tienen destinados para este día.
El agua no puede faltar, llenan sus cantimploras; aseguran sus herramientas (el arma de reglamento, un machete para abrirse campo) y alistan un recipiente plástico donde llevan el gallo pinto, huevo y atún para fortalecerse durante 10 horas, tiempo que permanecerán en los cerros. Una botella con una mezcla de canfín y aceite no puede faltar para quemar y desaparecer la hierba.
Después de caminar por horas en busca de esta droga, Gerardo (conocido como “Perrito\”), quien siempre ubica las plantas con facilidad, detona un proyectil indicando que ya las encontró. La siembra es grande, son miles de plantas. Se calcula que la extensión es más grande que una plaza de fútbol.
El oficial de la PCD explica que cortan las plantas para despistar a la policía ya que desde el aire, al no ver hojas, no se puede diferenciar si es marihuana lo que divisan como maleza.
La plantación será destruida por seis oficiales mientras a lo lejos el eco de la montaña pone en los oídos el sonido de otro proyectil, indicando en esta ocasión que ya localizaron otro plantío.
MINISTRO VISITA CAMPAMENTO
Mario Zamora, ministro de Seguridad, visitó y supervisó la labor de los oficiales que realizan un trabajo valiente en la erradicación de extensos plantíos de marihuana de donde los narcotraficantes tienen sus laboratorios clandestinos.
“Una gran labor lleva acabo la PCD, Servicio de Vigilancia Aérea, UIP y oficiales de Fuerza Pública de San Vito en una acción sostenida en la zona de Telire, Talamanca. Obtuvimos resultados muy positivos, donde quemaron cerca de 500 mil matas de marihuana lo que suma casi 2 millones de esa droga que evita que miles de puros lleguen a escuelas y colegios”, recalcó.