La exdefensora de los habitantes, Lizbeth Quesada, auspició un encuentro en su propia vivienda con representantes de la Iglesia Católica y activistas de la comunidad gay en nuestro país para tratar temas que han sido noticia en las últimas semanas y días.
Durante más de 3 horas discutieron el problema que sacude la cúpula religiosa de nuestro país, donde en algunos casos las víctimas son menores de edad. Así consta en la última denuncia contra el sacerdote Mauricio Víquez, acusado de cometer supuestos abusos sexuales, en un caso en que las víctimas estarían solicitando ¢345 millones por el daño causado.
Tras la cita, el director ejecutivo de la pastoral social Edwin Aguiluz; manifestó a DIARIO EXTRA que comenzaron con un proceso de diálogo con organizaciones de la diversidad.
“Para nosotros como iglesia es muy constructivo de cara a nuestra acción pastoral, para entender, escuchar a los sectores y sensibilizarnos con las preocupaciones de la sociedad de cara a nuestra práctica.
Ha resonado la posición del papa Francisco en cuanto a los protocolos de la iglesia con respecto a estos temas, buscamos un diálogo fraterno, respetuoso y constructivo, hay puntos que tienen que ver con derechos humanos y la dignidad, en lo que tenemos que avanzar como sociedad”, explicó.
Aguiluz agregó que retoman el proceso de diálogo, donde tratan las inquietudes que atañen a todos.
Por su parte, Marco Castillo, líder del grupo LGBTI, puntualizó que están conversando de temas de interés y que no han llegado a una conclusión.
LOS PRESENTES
En la reunión participaron los activistas Marco Castillo Rojas, del Movimiento Diversidad y Derechos Humanos; Ricardo Oreamuno Picado, de la Asociación Familias Homoparentales Diversas; Fernando Fernández, del Comité Diversidad del Colegio de Abogados de Costa Rica; Javier Contreras Rojas, médico psiquiatra y activista de Derechos Humanos; Emma Chacón, miembro del Colectivo Beso Diverso e Irreversibles y Willy de la Fundación Munakui.
Por su parte la Iglesia Católica estuvo representada por el fraile dominico Víctor Julio Quesada Ramírez, párroco de la iglesia La Dolorosa; el Pbro. Edwin Aguiluz, director ejecutivo pastoral social; Luis Carlos Aguilar, vicario general de la Diócesis de Puntarenas, y monseñor Daniel Francisco Blanco, obispo auxiliar de San José.
La revelación de estos casos pone a correr a la iglesia para dialogar con la comunidad gay y evitar que los menores sigan sufriendo estas aberraciones, por lo que la exdefensora de los habitantes facilitó el diálogo, donde puso cuatro globos rojos en un poste afuera de su casa.
La exfuncionaria fue la única doctora en humanizar el trato de personas afectadas por el Sida en la década de los 80 en nuestro país.
“Sirvo de anfitriona es un proceso que se inició hace 2 años, es la tercera reunión para la cual presto mi casa y mi rol que se me pidió con antelación, ofrezco la parte neutral para que las partes puedan conversar y se entiendan”, acotó.