Fotografiar a un presidente de Estados Unidos no es algo nuevo para él, pero si hacerlo después de afrontar una parálisis y sobrellevar sus canas. A sus 88 años, ayer Francisco Coto, fotógrafo profesional, revivió aquella famosa imagen con la que capturó la visita de John F. Kennedy a nuestro país, y ahora décadas después no podría dejar de hacerlo con el presidente Barack Obama.
En su años mozos, trabajó en diarios nacionales, asegura que su carrera arrancó hace 50 años cuando admiraba la belleza de la naturaleza y sobre todo la maravilla de los volcanes plasmados en una fotografía.
Junto a su hijo, Alberto Coto, quien le ayudó a movilizarse en su silla de ruedas y colocar el adaptador para la cámara, logró cumplir su sueño de fotografiar a otro presidente.
Aunque confesó que añoró hacerlo en el Teatro Nacional la restricción de seguridad le autorizó solo para realizarlo durante la conferencia de prensa que rindió el presidente junto a la mandataria Laura Chinchilla, en el Centro Nacional de Cultura (CENAC).
Pero el impulso de Coto no llegó hasta ahí, sino también le regaló a Obama la famosa gráfica que le tomó a Kennedy y que despertó aún más su amor por la fotografía.