Muchas veces priorizamos el trabajo, la familia, la vida social y otros aspectos por encima de nosotros mismos. Pero sobreponer y olvidarnos de nuestro bienestar puede pasarnos una factura grave.
La salud debe de verse más allá del aspecto físico, pues la mayoría de las veces olvidamos que la parte mental es inclusive más importante.
Y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ha vuelto a ponerlo sobre la mesa: el estrés destaca como un padecimiento de cuidado entre los costarricenses.
Según dicha institución, se reporta un aumento de consultas y hospitalizaciones a causa del estrés, lo cual, según las estadísticas, golpea más a mujeres entre los 20 y 44 años. Las estadísticas también señalan que, en lo que va del año, se ha atendido a 46.016 personas por dicha causa, lo que supondría que se ha brindado consulta a casi 2.000 pacientes por semana.
En 2022 se atendió a 88.953 por dicho padecimiento, y en 2023 a 102.581, lo que se traduce en un aumento de 14.000 casos.
En cuanto a hospitalizaciones, en 2022 la Red Integrada de Servicios de Salud de la CCSS registró 1.073 egresos hospitalarios, mientras que en 2023 la cifra aumentó a 1.207 y este año se registran 557. Pero a todo esto, ¿qué es el estrés? ¿Y cuáles son los signos? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se puede definir como un estado de preocupación o tensión mental generado por una situación difícil.
Todas las personas tenemos un cierto grado de estrés, ya que se trata de una respuesta natural a las amenazas y a otros estímulos. Es la forma en que reaccionamos lo que marca el modo en que afecta nuestro bienestar.
Sobre sus signos, la OMS agrega que cuando tenemos estrés nos resulta difícil relajarnos y concentrarnos, y podemos sentirnos ansiosos o irritables. Además, puede causar dolor de cabeza o de otras partes del cuerpo, malestar gástrico, dificultades para dormir o alteraciones del apetito (comer más o menos de la cuenta). Cuando se cronifica, puede agravar problemas de salud y dar lugar a un aumento del consumo de tabaco, bebidas alcohólicas y otras sustancias.
Las estadísticas y datos no deben de minimizarse. Queda en nosotros priorizar nuestra salud mental, así como lo hacemos con nuestro peso o cuando sentimos una molestia en alguna parte del cuerpo. Hablar del tema es el camino correcto.