Una nueva forma de operar de los estafadores podría sorprender a los costarricenses. El método más reciente es conocido como el timo de la maleta, esto quiere decir que, desde las cárceles o “call centers” ilegítimos que montan los delincuentes, contactan a personas que ofrecen el servicio de taxi o transporte y les indican que deben recoger a una o varias personas en los aeropuertos para llevarlas a un hotel determinado.
La víctima se encarga de hacer el viaje, pero luego de un tiempo los cacos le indican que las maletas quedaron en el aeropuerto o en un lugar determinado y hacen que el chofer se devuelva sin ellos a bordo para recogerlas.
Antes de llegar al lugar de destino, en donde se supone que encontrará la maleta, el conductor recibe una llamada de los presuntos clientes, quienes le indican que trasladaron el equipaje a otro sector del país, pero antes deben cancelar un monto para poder retirarlo.
Una vez que el chofer, de buena fe, cancela el monto por algún método electrónico, que rondaría entre 30 mil y 50 mil colones, toma rumbo hacia la nueva ubicación y al presentarse en el sitio explican la situación a las personas encargadas del sitio, quienes generalmente no tienen conocimiento de lo que les hablan o simplemente les dan la noticia de que fueron estafados.
Yorkssan Carvajal Aguilar, jefe de la Sección de Fraudes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), conversó con DIARIO EXTRA y externó que las personas deben tener especial cautela e incluso denunciar cuando este tipo de situaciones sucede, porque gracias a estas declaraciones logran capturar a los responsables de dichos actos.
OTROS TIPOS
No se puede dejar de lado que existen diferentes formas en que los criminales buscan obtener dinero por medio de estafas.
Las más comunes son el falso funcionario bancario, donde se hacen pasar por un colaborador de una entidad generalmente estatal y le solicitan a la víctima cierta cantidad de información por medio de una llamada telefónica. luego le extraen el dinero de sus cuentas.
También, los delincuentes se valen de la venta por redes sociales, en este caso publican un producto con el fin de venderlo, la víctima los contacta, realiza el trato con ellos, hace el depósito e incluso envían al repartidor hasta la puerta de la casa. Cuando el chofer llega, le dice a la víctima que el depósito se encuentra en trámite y no se ha realizado debido a la lentitud del sistema bancario.
Una tercera forma de estafar consiste en el envío de correos electrónicos maliciosos. Contactan a la víctima con una llamada telefónica, hablan con ella para engatusarla, le mandan un e-mail con el fin de que abra un enlace y la dirigen a una serie de procedimientos a realizar.
La víctima sigue todos los pasos y al final no puede continuar en la página, en estos casos, los estafadores por medio del correo logran acceder a todas sus cuentas bancarias y limpiárselas.
En algunos casos, dicen a las personas que deben actualizar sus firmas digitales, pero el cometido real es mandar el correo malicioso para poder ingresar a las cuentas por medio de programas informáticos.
DETECTADOS
Los agentes del OIJ lograron detectar que la mayor parte de estos estafadores se encuentran tras las rejas, pero tienen colaboradores afuera que le pagan a quienes viven en las calles para obtener tarjetas de débito, mediante las cuales realizan las transacciones de una cuenta a otra en menos de 24 horas, logrando que en muchas ocasiones las autoridades les pierdan el rastro.
Carvajal explicó que en las incautaciones ejecutadas han encontrado a personas con 10-15 tarjetas cuando realizan la trazabilidad del dinero.
El jefe de la Sección de Fraudes pide que por favor la ciudadanía siempre corrobore los números telefónicos llamando desde otro teléfono, para corroborar que las instituciones realmente están realizando las acciones que les indicaron o, en el mejor de los casos, si la víctima se percata del intento de estafa, debe cortar la llamada para evitar que esta se produzca.
Denuncias de estafas
2020: 4.000
Enero 2021: 450
Fuente: Yorkssan Carvajal Aguilar, jefe de la Sección de Fraudes del OIJ