Los planes reguladores cantonales o de ordenamiento territorial son, en términos simples, las herramientas por medio de las que los gobiernos locales reglamentan todo lo referente a construcciones privadas, servicios públicos y uso de suelos en los territorios que administran; es decir, qué se puede hacer y a dónde puede hacerse.
Sin embargo, estos son muy distintos uno de otro debido a las diferencias que hay entre cada región. Además, tan solo 43 de los cantones cuentan con esta regulación, 28 disponen de manera parcial. 37 gobiernos locales están en su construcción o renovación, aunque para algunos sectores su misma elaboración está viciada de una serie de problemas, tal y como lo señala el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), entidad que ha cuestionado tanto la dificultad para los municipios de aprobar estas regulaciones como los años que se tardan en desarrollarse.
Guillermo Carazo, director ejecutivo del CFIA, dice que estos planes son muy específicos en cuanto a las zonas reguladas, temas de desarrollo y protección ambiental lo que hace que disten mucho de un cantón a otro por las guías generadas a partir de la Ley de Planificación Urbana.
“Al entrar en tanto detalle es que se puede tener enemigos, por llamarlo de alguna manera, o gente que no esté de acuerdo con lo que se esté poniendo en el plan regulador”, señaló.
Carazo afirma que es necesario una reingeniería a los planes reguladores, ya que, según la experiencia del CFIA acompañando a los gobiernos locales, aún cerca de la mitad de los cantones no cuenta con dicha normativa.
Señala que otra de las muestras de que estos instrumentos deben reconceptualizarse es que de los que tiene planes de ordenamiento, la mayoría pasa de décadas, a pesar de que en un principio la idea es que estos se renovaran cada cinco años.
“No sé qué es peor, no tener un plan regulador o tener uno de hace 25 años porque los objetivos y la trazabilidad del mismo están demasiado desactualizados”, enfatizó.
Entre otros cuestionamientos, sectores han señalado que muchas veces estos planes se desarrollan desde una visión adecuada a la meseta Central lo que dificulta a las zonas rurales adaptarlos a su realidad.
OPINIÓN DEL INVU
Para Ángela Mata, ministra de Vivienda y Asentamientos Humanos, es de suma importancia que las municipalidades cuenten con planes reguladores actualizados, acorde a las perspectivas de desarrollo y crecimiento que cada una de estas tengan.
“Es importantísimo que cada gobierno local defina sus perspectivas de desarrollo y que, con base en esas prioridades en el corto, mediano, y largo plazo, defina hacia dónde quiere ir en temas de ordenamiento territorial e inversión pública”, explicó.
Según dice la jerarca, esto los planes territoriales también dan un marco de seguridad jurídica para las ciudadanía y posibles inversores que busquen desarrollar proyectos en las diferentes regiones.
Sobre los cuestionamientos de algunos sectores sobre una posible visión vallecentralista en la generación de estos instrumentos, Mata destaca que es ahí donde cobra importancia la autonomía municipal y el conocimiento de los gobernantes locales de las necesidades de sus comunidades.
“El plan regulador obedece a la perspectiva de desarrollo que tiene el gobierno local, como por ejemplo la normativa que compete a temas ambientales o de gestión de riesgo, que lo que busca es la seguridad de la población”, resaltó.
Entre las mejoras que la ministra de Vivienda destaca en la construcción de los nuevos planes regulatorios es que pasaron de seis meses de revisión por parte del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo a seis semanas luego de un proceso de agilización.