Cuando pasan las festividades y cambiamos de calendario, lastimosamente llega la famosa y malquerida cuesta de enero, el problema es que, al paso que vamos, la de 2023 se va a extender hasta mediados de año.
Lo anterior si tomamos en cuenta que el costo de vida es una de las razones que más les quita el sueño a los costarricenses, según el estudio de Cid-Gallup dado a conocer días atrás, y es que no podemos tapar el sol con un dedo, para aquellos que tienen hijos la cosa se vuelve aún más complicada.
Como dicen, después de un gustazo viene un trancazo, y precisamente esto sucede con muchos, quienes se enfiestan y gastan de más en diciembre, pero cuando comienza el nuevo año deben hacer de tripas chorizo para tratar de salir adelante.
Además, para nadie es un secreto que la falta de empleo, oportunidades, el aumento de precios en artículos y servicios, así como la situación económica incierta del país provocan que algunas personas echen para atrás en cuanto a gastos se trata.
Algunos ticos se pueden mostrar muy optimistas de que los números mejorarán, sin embargo, los datos demuestran lo mal que estamos, como por ejemplo que el desempleo se ubicó en 11,6 % para finales de 2022.
Resulta bastante alentador que en la encuesta de expectativa de empleo realizada recientemente se den a conocer datos que permiten guardar un rayito de esperanza, al conocerse que al menos el 52% de los empresarios tienen pensado aumentar sus planillas.
Y también parece buena noticia que las zonas costeras, las más golpeadas en temas de empleabilidad, sean las que lideran las expectativas de empleo, esperamos que, por el bien de todos los que viven en estos lugares, este de verdad sea el año en que aumenten las oportunidades, que lleguen nuevas empresas a estos lugares y que quienes viven en estos sitios no se vean obligados a dejar a sus familias para buscar alcanzar sus sueños.
Es realmente importante que nuestro país tenga soluciones de reactivación económica reales, enfocadas en lo que el país ocupa y lo primero que deberían de hacer es darse cuenta qué es lo que realmente ocupan los costarricenses.
Porque seamos realistas, de qué nos sirve que vengan empresas buscando personas bilingües, universitarios de ciertas carreras, si lo verdaderamente cierto es que se ocupan opciones de empleo para aquellos costarricenses que no tienen estudios finalizados, no saben hablar un segundo idioma y la verdad es que fueron estos los más afectados con la pandemia, porque sus trabajos fueron los primeros en ser eliminados.
En esta última encuesta hay un dato que debería abrir los ojos de quienes buscan oportunidades de inversión en el país, porque para el sondeo se consultó a 40 mil empleadores y fue posible observar que la escasez de talento en Costa Rica ya ronda el 66%.
Pero es que aparte problemas como la falta de empleo y las restricciones económicas con las que deben lidiar los ticos también traen otros obstáculos, como el aumento de la pobreza, y con todo esto viene la inseguridad, que es otro de los temas que les quita el sueño a los costarricenses.
Entre todos debemos poner nuestro granito de arena para reactivar nuestra economía, a ver si logramos que Tiquicia vuelva a ser ese país del Pura Vida, la buena vibra y las caras felices, porque no era tan caro vivir acá, ahora es que todo parece un lujo.