La mayoría de las parejas llegan a un punto de su relación en que deben tomar una decisión muy importante en su vida financiera. Esta consiste en tener una cuenta junta o separada.
Sin duda uno de los temas que más generan fricciones entre las parejas es el de las finanzas personales.
Un estudio del University College London, publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, tras analizar a 1.000 parejas casadas que tienen cuentas en común reveló que poseen un mayor índice de felicidad y satisfacción en sus relaciones.
Claro está, esto no es una fórmula matemática, cada matrimonio es un mundo aparte.
Sin embargo, parece existir áreas donde las parejas deben acercar sus finanzas, principalmente si su relación se encuentra en el nivel de convivencia.
Por ejemplo, ¿cómo se puede llevar el tema del presupuesto del hogar? ¿Es correcto tener una cuenta única donde ambas partes depositen lo que les corresponde o es mejor que se dividan qué paga cada uno?
Estas y otras preguntas se hacen las parejas cuando se enfrentan a esta disyuntiva.
“Definir si se tiene cuentas juntas o separadas debe ser una decisión muy personal. Lo fundamental es que sea un acuerdo fruto de una conversación abierta y continua con la pareja y, por supuesto, aprobada entre ambas partes”, afirma Rebeca Fernández, ejecutiva de educación financiera de Grupo Mutual.
En un mundo donde hablar de dinero puede resultar incómodo, la experta enfatiza en la importancia de abordar este tema crucial, especialmente si la pareja tiene planes de vida conjuntos, como comprar una casa.
\”El presupuesto familiar debe abarcar todos los aspectos, desde los gastos fijos hasta los placeres y necesidades individuales, creando así una base sólida para una relación financiera saludable\”, añade.
Al final la decisión es de cada pareja. Lo importante es que lo definido satisfaga a ambos.