Río de Janeiro, Brasil, AFP.- Cuestionado por un caso de violación de una menor hace más de treinta años, el técnico Alexi Stival, \\\’Cuca\\\’, dejó su cargo como conductor del club brasileño Corinthians, apenas una semana después de su nombramiento.
\\\”Voy a salir en este momento, no es lo que quería. Se espera una vida entera para estar aquí\\\”, lamentó \\\’Cuca\\\’ tras el partido disputado por el \\\’Timao\\\’ ante Remo por la Copa de Brasil la noche del miércoles.
\\\”Es un pedido de mi familia (…) mañana estaré en casa, voy a cuidar de ustedes\\\”, añadió.
El club confirmó el alejamiento del técnico en un comunicado divulgado en su sitio web: \\\”Cuca ha dejado su cargo a petición de su familia, para resolver asuntos personales\\\”.
El técnico, de 59 años, había asumido el jueves pasado en el Corinthians con contrato hasta diciembre, tras la destitución de Fernando Lázaro.
Pero solo estuvo en el banquillo del equipo paulista dos partidos: el del miércoles, en que logró la clasificación por penales para los octavos de final de la Copa de Brasil; y el domingo, cuando fue derrotado por el Goiás (1-3) en el Brasileirao.
El anuncio de la incorporación de Cuca la semana pasada había desatado la indignación de los hinchas del Timao.
En 1989, cuando era delantero de Gremio de Porto Alegre, Cuca y otros dos jugadores fueron condenados en Suiza a 15 meses de prisión por su participación en un abuso sexual con una menor de 13 años.
Los jugadores estuvieron en Berna para un torneo amistoso en 1987.
La sentencia se produjo cuando ya habían regresado a Brasil, país que no extradita a sus nacionales.
Hasta ahora, este escándalo no había impedido a Cuca, quien niega los cargos, desarrollar su carrera como entrenador.
Entre sus logros, conquistó la Copa Libertadores en 2013 con el Atlético Mineiro, que contaba en sus filas con la estrella Ronaldinho, y la liga en 2016 con Palmeiras.
En un caso similar, Robinho, exdelantero del AC Milan y del Real Madrid, y condenado en Italia a nueve años de prisión por una violación en grupo cometida en 2013, sigue libre en Brasil.
La justicia italiana ha pedido que cumpla su condena en Brasil, pero el proceso podría llevar años.