El cistocele es el nombre científico que se utiliza para designar la condición en la cual la vejiga desciende en dirección a la abertura vaginal. En el ámbito popular se habla de que la “vejiga se cae”.
En las etapas iniciales no se experimentan molestias, sin embargo, conforme avanza el cuadro, se presentan múltiples manifestaciones como la sensación de plenitud vaginal, que es descrita como si una masa blanda estuviera llenando la vagina y en las etapas tardías se siente como si esa masa se saliera por el orificio vaginal y en etapas avanzadas la mujer necesita meter los dedos a nivel vaginal para subir la vejiga y poder orinar. Cuando la vejiga ha descendido demasiado, se sale parcial o totalmente al exterior a través del orificio vaginal y se observa a simple vista como una protrusión rosada.
En estas mujeres es común que se produzcan infecciones urinarias con sus síntomas característicos como ardor al orinar, que llega en algunos casos, a ser un ardor doloroso, orinar poquitos y a cada rato, así como la presencia de orina oscura, turbia, mal oliente o con sangre. A veces los síntomas suelen ser tan intensas que generan fiebre, malestar general, dolor en el bajo vientre, molestias con las relaciones sexuales y hasta compromiso del estado general que impide las labores diarias.
Recordemos que la vejiga se encuentra en la parte superior de la vagina, de forma descriptiva podríamos decir que parte del “techo” de la vagina es precisamente la vejiga, la cual está revestida por unas bandas musculares, con forma de hamaca, que la sostienen en su lugar. De tal forma, que todo aquello que dañe estos músculos puede provocar que la vejiga descienda y se caiga.
Por eso entre los factores causales sobresalen los partos difíciles, ya sean los partos intempestivos, los partos prolongados, los partos traumáticos, así como la utilización de los fórceps, que pueden provocar desgarros musculares que dañan la estabilidad de la vejiga.
También, los hábitos retencionistas tan característicos en la mujer de hoy, quien suele aguantarse las ganas de orinar durante horas y, con ello, la vejiga se distiende, se hace más grande y, por ende, más pesada, por lo cual tiende a caerse.
Juega un papel muy importante el estreñimiento por largos años asociado a intensas y prolongadas maniobras de pujo, que desplazan hacia abajo la vejiga. También se ha descrito que la tos frecuente, como cuando se padece de asma, enfisema, o en los fumadores, y las personas alérgicas, agrava el problema del cistocele.
De igual manera realizar grandes esfuerzos laborales o deportivos, como levantar pesas, o realizar fuerzas en el ámbito laboral propician el descenso de la vejiga. Además, se han citado el sobrepeso y el sedentarismo como factores contribuyentes.
Es importante señalar que las relaciones sexuales no provocan la caída de la vejiga. Más bien pueden ayudar a disminuir la progresión del cuadro.
La buena noticia es que hoy contamos con diversos tratamientos, que son muy efectivos para tratar el cistocele y los casos más avanzados se pueden resolver realizando cirugías que son muy seguras.