El cuadraciclo que tanto hizo disfrutar de sus días libres en la Hacienda El Escudo de Cañas, lo traicionó y le quitó la vida al viejito Guillermo Aguilar de 74 años.
Ese automóvil, que lo llevó a recorrer kilómetros admirando la naturaleza y respirando el aire puro de la extensa finca de su sobrino, lo condujo a su muerte de una forma extraña.
Aguilar manejaba por la orilla de un canal de riego, cuando al parecer frenó para echar reversa y hacer un giro, pero esa maniobra le salió mal.
El cuadraciclo le jugó una mala pasada y al no poder controlarlo se fue de espalda y cayó con su conductor al canal de riego del cual no pudieron salir.
“Aparentemente el anciano andaba haciendo un recorrido en un cuadraciclo; es tío del dueño de la finca; creo que en cierto punto se detuvo, quiso echar para atrás según las marcas de las llantas en el canal”, dijo Manuel Calvo, amigo del fallecido.
Sus familiares, al notar que no regresó a casa en la noche, se alertaron y emprendieron una búsqueda por la hacienda sin tener éxito. De hecho fue hasta ayer en la mañana cuando tuvieron noticias de Aguilar, aunque nada positivas.
FLOTANDO EN EL CANAL
Fue un peón de otra propiedad el que se llevó el susto de encontrar el cuerpo después de hacer sus labores agrícolas, por lo que no dudó en avisar lo que había visto, pues ya sabía que andaban buscando a Aguilar.
“Venía a alimentar el ganado, laboro para la Hacienda La Pacífica. En el canal vi el cuerpo flotando; llamé a mi jefe y después a la policía”, dijo Álvaro Morales, peón.
El cuerpo estaba a un lado del camino del basurero municipal de Cañas a dos kilómetros de la Interamericana Norte.
“El cuerpo estaba amarrado a una cinta policial, las autoridades lo sujetaron para que no lo arrastrara la corriente y luego con ayuda de la policía judicial lo sacamos”, comentó el bombero Ricardo Gallardo.
Presumen que por el peso el cuadraciclo quedó en el fondo del canal, pues no lo encontraron.