Washington D.C. Un grupo de jóvenes camina por las calles de Washington. Celebran con júbilo. Donald Trump asumió como el presidente 47 de Estados Unidos.
Los hombres visten el atuendo de Trump: traje entero azul, camisa blanca y corbata roja. Las mujeres llevan elegantes vestidos y finísimos tacones.
No les importa el frío extremo, mucho menos las resbalosas aceras cubiertas de nieve.
El movimiento Trump reina en Washington, sin que las temperaturas bajo cero sean un obstáculo.

La capital norteamericana fue anfitriona de miles de seguidores del presidente Trump que palpitan el discurso del mandatario.
Lo siguen fielmente con la esperanza de que el país alcanzará mejores condiciones económicas y que volverá a tener influencia que marque el destino del mundo.
La fiesta con el sello Trump arrancó desde el fin de semana.
El rally de la Victoria convocó a miles al Capital One Arena. El estadio de los Wizards se convirtió en el epicentro del movimiento de Trump.

Euforia, frío intenso y la demostración de que el lema “Make America Great Again” crece y se consolida.
El equipo de Grupo Extra asistió a cubrir el evento y terminó a altas horas de la noche del sábado.
En un parpadeo, los noticieros locales reportaban kilométricas filas de madrugada para poder asistir a las festividades por la ceremonia inaugural de Trump.
Frío extremo

La temperatura registraba -4° grados, con una sensación térmica que rondó entre los -8° y -12° durante el día. Fue el 20 de enero más frío de los últimos 40 años.
La seguridad era extrema. Todas las vías se cerraron.
La mayoría de comercios no abrió y caminar más de 16 mil pasos era la única alternativa en medio de un frío punzante.

Y las vallas de seguridad llevaban a intensos controles policiales, semejantes a los de un aeropuerto, pero mucho más lento.
Nadie podía avanzar si llevaba objetos que aparecían en una lista interminable.

Las botellas, salveques, mochilas, animales, computadoras, iPad, sombrillas y bicicletas quedaron prohibidas.
Y estos controles policiales generaron filas interminables, que probaban la fidelidad de los asistentes.

Evento desde celulares
Ante la limitación de espacios para asistir al Capital One Arena, los hoteles se llenaron de pantallas y las masas acudieron a los alrededores de la Casa Blanca, la avenida Pensilvania y al Capitolio.
Precisamente en el interior del Capitolio, Trump juró que respetaría la Constitución.

Tenía invitados especiales como testigos: Elon Musk (Tesla/X), Mark Zuckerberg (Meta), Jeff Bezos (Amazon), Sundar Pichai (Google) y Sam Altman (Open AI).
En los exteriores del Capitolio, las personas seguían la transmisión en sus celulares. Aplaudían, cantaban.
Era la fiesta del movimiento Trump.
Y los aplausos llegarían con las noticias: la declaratoria de emergencia en las fronteras, las polémicas declaraciones sobre el canal de Panamá, TikTok, indulto a los asaltantes del Capitolio y el discurso y gesto de Musk.
Al finalizar la ceremonia, Trump desfiló en la famosa limusina conocida como la Bestia. Rodeado de una seguridad extrema por tierra y aire, el vehículo trasladó al Presidente portando la placa 45-47, alusivos a los mandatos de Trump.
La caravana lo llevó hasta el estadio donde seguirían la fiesta hasta las primeras horas de este martes.
Se hizo el baile de rigor, hubo presentaciones musicales y Trump bailó al ritmo de YMCA.
Celebración de Trump como presidente 47 de Estados Unidos. Foto: AFP.Mientras que los hoteles de Washington D.C. se llenaron de sombreros, vestidos elegantes y los mejores trajes de celebración.
De hecho, este fin de semana hubo un trago que se puso de moda: el Trumptini.
