Los coronavirus son una familia de virus que se descubrió en la década de 1960, pero cuyo origen es todavía desconocido. Diferentes tipos provocan distintas enfermedades, desde un resfriado hasta un síndrome respiratorio grave.
Todo parece indicar que este nuevo coronavirus, Covid-19, también conocido como coronavirus de Wuhan, tiene una procedencia animal. De hecho, los primeros casos se han relacionado con un mercado de animales vivos de la ciudad de Wuhan, en China.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la situación de una pandemia a nivel mundial. Del tema hay bastante información ilustrativa, informativa y preventiva, así como temas musicales del coronavirus y de la gente por la desesperación por el papel higiénico.
Según se dice, la pandemia de Covid-19 va para largo. A como pasan los días también van sumando los contagios y las muertes. Podríamos decir que el régimen comunista de China actuó de manera irresponsable al ocultar inicialmente información del brote de ese virus en Wuhan, que se ha extendido como pandemia y está haciendo temblar al mundo entero. Países que aparte de la crisis sanitaria ya están enfrentando problemas económicos, laborales y sociales.
Además de no informar, amenazaron a los médicos para que ni pronunciaran la palabra coronavirus y permitieron que cientos de miles de personas salieran normalmente de la ciudad de Wuhan y regaran el virus. O sea, sin el control mediático comunista, los medios habrían informado sobre la epidemia, se habrían salvado miles de vidas y probablemente se habría evitado la actual pandemia. Algunos otros médicos que quisieron dar el aviso también fueron silenciados.
La inacción de Occidente, que minimizó la peligrosidad del coronavirus comparándolo con una simple gripe pasajera para no dañar la economía. Una irresponsabilidad que ya están pagando Italia, España, casi toda la Unión Europea y EE.UU.
No hay un solo país del continente americano que no está afectado por esta pandemia. Todos se preguntan cuándo va a venir la cura y cuándo podremos empezar a recuperar nuestras vidas de una forma razonablemente normal. Algunos gobiernos en nuestra región como que aún no están tomando las cosas con mucha seriedad. Si se lograra encontrar alguna manera de controlar el virus, el mundo empezaría a respirar de nuevo.
El gobierno de China está tratando de limpiar su imagen proporcionando equipamiento y asistencia a Europa y otros países con necesidades o poco preparados para hacer frente a la epidemia. Algunos analistas dicen que lo hace para mejorar su imagen y aislar a EE.UU., además para obtener toda la información posible sobre el virus, ya que en algunos equipos médicos chinos hay doctores encubiertos del ejército para ganar la carrera internacional por la vacuna. Pero esta competición convencerá a más gente en todo el mundo de que China solo está interesada en el poder político y en debilitar a Occidente en general y a EE.UU. en particular.
Por otra parte, ya su imagen ha quedado muy dañada por el estallido de la epidemia en Wuhan, que las autoridades trataron de ocultar silenciando a los médicos que alertaron de la nueva enfermedad, y con provocar la mayor catástrofe sanitaria y económica de nuestra generación.
Primero era la “chequera diplomática”, que ha cosechado muchos éxitos, principalmente en países necesitados de efectivos, ahora China lanza la “diplomacia de las mascarillas” para mejorar su imagen. Pues bien, algunas especulaciones en torno a la pandemia: se tuvo poco acceso a la información, o la fuente no actuó con total transparencia, ante la emergencia global muchos gobiernos no se despabilaron a tiempo.
Otra, a la Organización Mundial de la Salud (OMS) se le acusa de una reacción tardía y tibia ante la pandemia, y que se prestó a tapar la gravedad de la pandemia para beneficiar a China. El día que haya pasado la crisis mundial de salud tal vez conoceremos las verdades ocultas de esta pandemia que tiene a la humanidad de rodillas.