Creer o no creer, como diría Shakespeare, ese es el dilema en un mundo en el que la inteligencia artificial (IA), para bien y para mal, es utilizado lo mismo para crear un video en el que el presidente Trump y Musk bailan juntos, hacer la redacción de la tarea de un adolescente o crear el plan estratégico de una empresa.
El uso que se dé a la tecnología es responsabilidad de quienes la utilizan; los usuarios de las redes, por su parte, debemos ser conscientes de que hoy cualquier video puede hacer que lo inverosímil tenga visos de verdad, lo improbable parezca real y lo peligroso seguro.
La libertad de expresión en las redes es inquebrantable, la censura impensable, lo que sí es posible es que cada uno de nosotros se preocupe de verificar la información como verídica antes de creerla, compartirla o ponerla en práctica. Creer o no creer dependerá de cada uno de nosotros, como también el permanecer en sitios donde se corre el riesgo de ser engañados, estafados o envenenados.
Las redes sociales han venido a revolucionar la forma en que las personas se comunican, se divierten, se informan o se desinforman, lo cierto es que los usuarios debemos ser más cautos al momento de recibir videos, escritos, noticias, “consejos”, pues existe una alta probabilidad de que no sea del todo verdad, como en el caso de mezclas caseras para la limpieza del hogar, los consejos financieros y las oportunidades para hacerse rico.
En el caso concreto de la “mezclas caseras” que recientemente denunció un medio, el Centro Nacional de Control de Intoxicaciones, desde el 2020 había advertido sobre el peligro de combinar cloro, vinagre, bicarbonato, agua oxigenada o cualquier otro ingrediente por el altísimo riesgo de sufrir intoxicaciones, quemaduras o abrasiones.
A pesar de las advertencias, los videos siguen estando presentes en las redes, lo que nos dice que sin importar los avisos hay quienes siguen visitando estos sitios y no sabemos cuántos siguen aplicando las mezclas lo mismo a los sartenes que al cuero cabelludo.
Las advertencias sobre los riesgos de creer en todo lo que se publica o se menciona es permanente, sin embargo, la mayoría no ha llegado a dimensionar el peligro que enfrentamos día a día.
Algunos supondrán que es simple exageración hasta que no se vean afectados directamente por una estafa, un engaño o la pérdida de algo que realmente consideren valioso.
Los invito a buscar este TikTok@programahoy (Estafa telefónica), en el que muestran cómo con inteligencia artificial se puede falsificar la voz de una persona con solo obtener una grabación con su voz. En segundos el programa o app usa la grabación y pone en voz de la víctima el mensaje que el estafador usa para llamar por teléfono a un amigo de la víctima, solicitándole deposite una plata de emergencia o llamar a la empleada de casa para que deje entrar al “electricista o al fontanero”.
Creer o no creer, mejor prevenir y tomar medidas, como lo sugieren en el video de TikTok: verificar la validez del mensaje, por más real que este parezca, o como lo proponen, establecer un código con una palabra “secreta” que deberá estar incluida en cualquier solicitud de ayuda o mensaje a nuestros familiares, amigos y empleados.
Un consejo que también es útil con los menores, a quienes se les debería instruir para que soliciten una palabra clave antes de aceptar seguir a un desconocido, subir a un auto “enviado por sus padres” o acudir a un mall a encontrarse con un “amigo”.
Los avances en la ciencia y la tecnología han requerido que las sociedades se adapten a los cambios que traen con ellos y en el proceso se ponen reglas, controles, límites que permiten que su uso sea del mayor beneficio para la humanidad.
El potencial de la IA y los medios es infinito, pero en tanto no podamos garantizar la veracidad de lo que se publica debe prevalecer la prudencia en los usuarios.
Los medios y la inteligencia artificial son tan solo una herramienta, dependerá de la ética y la honestidad de quienes la utilizan el beneficio que puedan prestar a la sociedad o el daño que infrinjan a esta.
Hoy se impone la verificación de toda la información que circula, dentro o fuera de las redes, para no lamentar ser víctimas del engaño, de la manipulación o la estafa.
Existe acceso a cientos de fuentes donde corroborar lo que se dice, quién lo dice, qué documentos o pruebas lo confirman, o si es simplemente información falsa tras la cual hay ignorancia, un deseo de protagonismo, un intento de manipulación o un peligroso engaño… y somos nosotros, los usuarios, quienes podemos enfrentar y frenar el fenómeno de la desinformación.