En esta segunda entrega sobre la salud de los ingresos tributarios se analizará el contraste entre el crecimiento en la recaudación de impuestos indirectos y la reducción de los directos. Datos del Ministerio de Hacienda revelan que en mayo de 2024 la recaudación del impuesto a las utilidades cayó un 7,7% en relación con el mismo mes de 2023, mientras que los que se aplican a la propiedad (bienes inmuebles y vehículos) bajaron un 31,24%.
En contraste, el impuesto al valor agregado (IVA) creció un 3,7% comparándolo con mayo de 2023, mientras que el selectivo de consumo aumentó un 21,8% y el de consumo un 15%.
Estas diferencias tienen un impacto en el bolsillo de los costarricenses porque los directos se pagan en momentos específicos del año, mientras que los indirectos cada vez que se compra un bien se paga IVA, cada vez que se llena el tanque del auto se paga el único de los combustibles y así sucesivamente.
Eso significa que los indirectos tienen un impacto más frecuente en el presupuesto de los contribuyentes.
¿QUIÉN PAGA CADA IMPUESTO?
Los impuestos directos (utilidades y propiedades) también son llamados progresivos porque las personas pagan más entre más riqueza tengan, mientras que los indirectos o regresivos se llaman así porque las personas tienen que pagar la misma cifra sin importar cuánto ganen.
Esta tendencia de los impuestos directos que caen si se comparan con el año anterior, mientras que los indirectos se mantienen creciendo, se presenta mes a mes desde noviembre de 2023.
De acuerdo con la economista Roxana Morales, “lo ideal sería que exista una correlación entre los ingresos por impuestos directos y los indirectos, pero existe una serie de razones en nuestra economía que no permiten que esto ocurra”.
FALTA DE INFORMACIÓN
Para Silvia Castro, especialista en términos tributarios, la inexistencia de conexión entre los sistemas podría ser una de las causas que afectan la recaudación de los impuestos directos.
“Si tuviéramos un sistema de Hacienda robusto, la misma Administración Tributaria podría emitir un formulario preestablecido anticipadamente. Este tendría todas las facturas que yo he emitido y las facturas que yo tengo de compras de mis proveedores de bienes y servicios”, comentó.
Para la experta, al cotejarse tanto los ingresos como los gastos le resultaría tanto al contribuyente como a la Autoridad Tributaria más simple fijar lo que cada persona física o jurídica debe pagar por concepto de impuesto a las utilidades.
Todo esto dificultaría la evasión fiscal o las declaraciones donde se informan menos ingresos o gastos más altos de los que en realidad se registran.
CRECIMIENTO
ECONÓMICO DESIGUAL
Una segunda causa que explica esta diferencia se presenta por la forma en que está estructurado el crecimiento económico.
Morales explica que vivimos en una economía que tiene dos regímenes diferentes. Por un lado, está el definitivo, que es el conjunto de empresas que deben pagar los impuestos que establece el país para cualquiera.
Por el otro está el régimen especial de zonas francas. Este cuenta con una serie de exoneraciones fiscales que hacen que su aporte directo sea menor al fisco.
La economista ve una contradicción en que el régimen que sostiene la recaudación de impuestos es el definitivo, mientras que el que más crece es el régimen de zonas francas.
Esto se puede visualizar mejor con los datos que recoge el Banco Central de Costa Rica (BCCR) en el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) para mayo.
El régimen definitivo tuvo un crecimiento del 3,8%, mientras que el de zonas francas incrementó su producción un 8,8%.
Estas diferencias en la recaudación entre impuestos directos e indirectos generan no solo una presión en el bolsillo de los costarricenses, sino que hacen al sistema fiscal más frágil ante un embate de la economía.