En un mundo económico cada vez más complejo y volátil, Costa Rica ha demostrado una notable capacidad de adaptación y visión estratégica en su política de exportaciones.
La Promotora de Comercio Exterior (Procomer), bajo el liderazgo de Laura López, ha sido fundamental en este proceso de transformación y consolidación económica.
La filosofía que guía el trabajo de dicha entidad es clara y contundente: no poner todos los huevos en una misma canasta. Esta premisa se traduce en una política de diversificación que ha permitido al país construir una estructura exportadora robusta y resiliente. Hoy Costa Rica no depende de un solo mercado o producto, lo que reduce significativamente su vulnerabilidad económica.
Los datos se tornan reveladores. Las exportaciones costarricenses no solo crecerán entre un 8% y 10% para 2024, superando las proyecciones iniciales, sino que además muestran una impresionante diversidad. Dispositivos médicos siguen como abanderados, representan un 43% de las ventas al exterior, pero sectores como el agrícola, alimentario, metalmecánico y farmacéutico también juegan roles cruciales.
Productos como la piña y el banano continúan como pilares, pues generan más de $1.000 millones en divisas. Sin embargo, el país no se conforma y busca constantemente nuevas oportunidades. La apuesta por mercados emergentes como Medio Oriente y el aprovechamiento de tendencias como el nearshoring demuestran una visión prospectiva y proactiva.
Se torna particularmente destacable la evolución del sector servicios, que representa casi la mitad de las exportaciones nacionales. La transición de call centers a servicios profesionales de alto valor refleja un salto cualitativo en la sofisticación de la oferta exportadora costarricense.
La estrategia de Procomer va más allá: busca posicionar a Costa Rica como un hub regional en sectores de alta tecnología, como la industria de semiconductores. Las giras internacionales y la participación en foros especializados en Estados Unidos, Europa y Asia son prueba del compromiso por atraer inversiones de vanguardia.
Pero hay retos por superar. El retraso en el Congreso para aprobar la regulación de las jornadas 4×3 es un ejemplo de lo que se debe mejorar y donde se ocupa más compromiso por parte de quienes nos gobiernan. La ausencia de esta ley puede limitar el potencial de sectores de alta precisión como el manufacturero. Sin embargo, la resiliencia y adaptabilidad han sido históricamente fortalezas de la economía costarricense.
El mensaje es claro: Costa Rica no solo exporta productos sino además innovación, talento y capacidad de adaptación.
La diversificación no es una estrategia, se trata de una filosofía de desarrollo que promete seguir impulsando el crecimiento económico del país en los próximos años.