En Costa Rica, estamos siendo afectados por un lamentable y aberrante crecimiento en la actividad inhumana de acciones de arrastre y destrucción hasta culminar con mucha frecuencia en violaciones, asaltos y asesinatos despiadados y aún impunes.
¿Dónde está la calidad humana justa y espiritual que pueda mostrar en acciones la calidad y la justicia que nos fueron dadas por Dios como parte de nuestra condición humana creada a su Imagen?
¿Dónde está la acción amplia y unida de las iglesias católicas? ¿Dónde las cristianas evangélicas, en cuya condición espiritual les fue dado el poder, la unción y el derecho por Dios para clamar al Señor y en el nombre de Cristo Jesús pedir su intervención y misericordia para todas las familias de Costa Rica?