En una mesa redonda llevada a cabo por la consultora internacional McKinsey, se debatió sobre el modelo económico prevaleciente y la percepción que se ha desarrollado de este, por cuanto existen corrientes de pensamiento que consideran que es un modelo que se agotó. McKinsey argumenta que la severidad de algunas crisis financieras y la caída de algunas economías occidentales ha encendido el debate sobre la naturaleza fundamental del sistema capitalista y del propósito de las compañías que operan bajo ese modelo.
La percepción pública es que esas compañías han tendido a concentrarse demasiado en la generación de ganancias en el corto plazo y muy poco en su viabilidad y sostenibilidad en el largo plazo. Se argumenta que esta desafección pública puede llevar a una mayor oportunidad para las cooperativas, que se muestran como empresa de la economía solidaria con una mejor gobernanza y procesos de toma de decisiones que dan prioridad a los intereses a largo plazo de sus miembros.
Con este antecedente, voy a mencionar dos ejemplos de cooperativas que reflejan fielmente el principio de gobernanza democrática: las autogestionarias y las plataformas cooperativas.
Las cooperativas de autogestión o de trabajo asociado son empresas de la economía social donde los trabajadores son los dueños y a la vez aportan su trabajo para sacar adelante la empresa. Existen muchos ejemplos a nivel mundial de este modelo de negocio y recientemente se ha dado un crecimiento de empresas privadas que son adquiridas por los trabajadores.
Otro caso es el de una empresa que se declara en quiebra y los trabajadores, sea de cuenta propia o con algún apalancamiento financiero, deciden adquirirla y operarla bajo un modelo cooperativo. Este es caso de Coopesa R.L. en Costa Rica. Una empresa en el campo aeronáutico única en la región que repara aviones comerciales de diversas líneas aéreas, que se encuentra en expansión y que es exitosa financieramente.
Termino comentando sobre un importante proyecto de ley presentado por la diputada Andrea Álvarez para regular las plataformas cooperativas en Costa Rica. Este modelo no existe formalmente en el país, aunque el Mercado Borbón migró hacia un modelo cooperativo y cuenta con una plataforma digital para ofrecer sus productos. Las empresas de la llamada economía “Gig” o plataformas digitales, que iniciaron como un modelo de trabajo asociado y cooperativo, han mutado hacia un modelo donde se ha erosionado la protección del trabajador, se han deteriorado las condiciones de trabajo y algunos la caracterizan como precaria y explotadora.
Por lo antes expresado es que este proyecto es tan importante, pues las cooperativas de plataforma, que sí operan bajo los mismos principios y valores cooperativos, son también empresas democráticas que ofrecen amplias oportunidades a trabajadores informales como sucede en varios países de Europa como Italia, en Canadá y Estados Unidos y en Argentina, por mencionar algunos. Y tal vez lo más importante aún es que ofrecen una nueva oportunidad laboral democrática a los jóvenes, que son muy afines a las nuevas tecnologías y quieren ejercer sus propias actividades antes que ser empleados de una empresa capitalista.