CoopeHorquetas es una cooperativa que nació en el año 2014 y está semana logró exportar el primer contenedor de palmito a Europa, beneficiando a 70 productores asociados y no asociados del cantón de Sarapiquí.
Juan Rodríguez, presidente de CoopeHorquetas, manifestó: \”Es una oportunidad que se nos presentó, llegamos a una negociación para exportar palmito envasado hacia España y Francia, primero exportaremos dos contenedores por mes, pero la idea es llegar a cuatro por mes\”.
Aseguró que ven un gran futuro en el negocio, impactando a la comunidad, no solo comprando el producto, sino también abriendo fuentes de trabajo. La idea no es hacer un solo contenedor, sino que vean el potencial de esta cooperativa.
\”El auge del palmito está presente desde 1985, Costa Rica llegó a ser líder a nivel mundial en la producción, con 14 mil hectáreas sembradas, siendo Sarapiquí el mayor productor con el 40% del cultivo del país\” contó Rodríguez, quien en ese entonces laboraba para la empresa Demasa, empresa que compraba el producto para la exportación.
En el año 2000 entra Ecuador en el juego con un buen producto, precios más bajos y competitivos, es así como en poco tiempo se convierte en líder de este cultivo.
Esto asestó un duro golpe a los agricultores de Costa Rica, el país pasó de sacar en producción 2 millones a 700 mil palmitos, muchas hectáreas se perdieron y también sus tierras, según recordaron.
Marcela Naranjo, socia de CoopeHorquetas, dijo que aunque sufrieron con la burocracia desde hace 6 años para la conformación de la cooperativa, hoy gracias al Inder tienen un terreno en La Victoria de Horquetas, donde los agricultores llevan el palmito, allí se procesa y se envasa y posteriormente se apila para meter en el contenedor que va a hacia Europa.
Con esta primera exportación de la cooperativa, los agricultores de Sarapiquí ven una luz al final del túnel, con la esperanza de aumentar la productividad y exportación al Viejo Continente.
Para Rolando Fernández, productor con 17 años de experiencia en este cultivo, esto trae esperanza luego de que muchos se vieron obligados a abandonar los palmitales ya que no tenían a quién venderle el producto.