En Costa Rica cada vez hay más piedras de crack en circulación. En el 2018 se reportaron 72.000 dosis decomisadas y para el 2021 esa cifra aumentó superando las 262.000 dosis. Lo peor es que los primeros siete meses de este año la cifra supera los 157 mil, según el Ministerio de Seguridad
¿QUÉ ES?
El crack, llamado en las comunidades como la piedra, es la mezcla de clorhidrato de cocaína y bicarbonato sódico. Ambas sustancias son sometidas a procesos que los deja con apariencia final de pequeños cristales en forma piedra.
En algunos búnkeres utilizan productos como el tíner, alcohol de uso industrial, cera para limpiar pisos y hasta vidrio para preparar la droga que se expende en esos lugares, según fuentes expertas en el tema.
Los consumidores utilizan un tubo de metal donde meten la piedra para fumar, al quemarse hace un sonido crujiente. Los efectos narcóticos duran muy poco tiempo y generan una sensación de placer, pero al pasar los efectos la persona puede tener incremento del ritmo cardíaco, espasmos musculares y convulsiones.
¿CÓMO AFECTA?
“A las personas les cuesta controlar sus emociones e impulsos, por eso es probable que algunos consumidores se pongan agresivos, por lo que algunas personas lo relacionan con actitudes criminales como robar. Otra consecuencia son los brotes psicóticos desde la parte paranoica”, comentó la doctora Luisa Oviedo, del Proceso de Atención a Pacientes del Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA).
Oviedo aseguró que los consumidores pueden sentir ansiedad, enojo o paranoia por los efectos de la intoxicación o el síndrome de supresión al no tener la sustancia. También dice que con esta droga florecen trastornos de la personalidad.
“Llega muy rápido al cerebro y, de la misma forma pasa, por eso es usual que los consumidores usen mucha cantidad, lo que genera mucho desgaste metabólico”, comentó.
Los efectos no solo son mentales, la doctora Oviedo alertó que el crack tiene efectos cardiacos, cerebrales, pulmonar y en el hígado. Las posibilidades de sufrir una patología que perjudiquen la vida de forma permanente son bastantes altas.
SE PIERDEN NEURONAS
“Genera una sensación de poder, alerta mental, el efecto inicial dura entre 5 a 10 minutos, viene, cae un bajonazo y empiezan los delirios de persecución (…) sienten que no necesitan dormir ni comer y esto acarrea consecuencias en todos los sistemas, por lo que la persona pierde la capacidad de autoregenerarse”, comentó Rodrigo Campos, experto en criminología.
Basta con caminar por San José centro para observar tubos de metal y encendedores en la calle. Para el criminólogo, los bunkers se establecen donde hay menos presencia de las autoridades, por ejemplo, lotes baldíos o casas abandonadas y en ellos se acumulan basura, excremento y se generan malos olores.
“Estos espacios con malos olores son como una barrera para que las personas no ingresen a sus espacios de consumo. Una persona como estas no se cura con represión policial, salvo que se eliminara en su totalidad el saldo de droga (lo cual es imposible)”, concluyó Campos.
El Ministerio de Seguridad Pública direcciona labores contra el tráfico local e internacional de droga a pequeña, mediana y gran escala, esto, unido al trabajo con otras entidades y al trabajo conjunto con otros países, lleva al fortalecimiento de las acciones contra el crimen organizado y la delincuencia común, por ende, todo este trabajo articulado se refleja en los decomisos de droga.
OPINAN
Luisa Oviedo
Proceso de Atención a Pacientes
“Es común ver un aumento en el consumo de jóvenes, ahora tienden a hacer una experimentación a muy corta y temprana edad”.
Rodrigo Campos
Criminólogo
“Una persona con adicción no se cura con actitudes represivas de las autoridades, tendrían que eliminar el saldo total de droga en el país y eso es imposible”.