Anthony Rolando Arce Arana, alias Chancha, quien murió tras un intercambio de disparos con la policía en Nicoya, Guanacaste, con apenas 19 años era un hombre con un alto perfil criminal, así lo data su historial delictivo.
El agente judicial Mario Humberto Grijalva Cubillo resultó herido en el tiroteo y fue llevado a la clínica de la localidad, donde se recupera tras ser intervenido quirúrgicamente.
Este investigador es considerado por sus compañeros y algunos lugareños como un héroe, luego de repeler el sorpresivo ataque a balazos al que se enfrentó.
A pesar de que este hecho ha dado de qué hablar, no es el primero que se registra en Costa Rica. En el 2004 y 2010 otros hechos conmocionaron al país.
CACO LIMONENSE
El 28 de setiembre del 2010, un hombre también fue abatido por agentes judiciales durante un enfrentamiento a balazos en Matina de Limón.
Al igual que Chancha, ese sujeto era líder de una pandilla ligada con violentos atracos a turistas y peatones.
El hombre era Léster Mairena Espinoza, de 28 años, quien, según el OIJ, era buscado por al menos dos tentativas de homicidio y unos 12 asaltos.
Días antes de su muerte, había disparado contra varios oficiales del OIJ que intentaron detenerlo en las cercanías de la escuela de Matina. Junto al cadáver del pandillero, las autoridades encontraron un revólver calibre 38.
MASACRE EN LA CARPIO
En 2004, La Carpio fue el escenario donde ocurrió un hecho lamentable en el que cinco personas perdieron la vida y Minor Araya, exagente y director del extinto grupo de choque Servicio Policial de Intervención Inmediata (SPII), del OIJ, recibió un impacto de bala.
Araya recuerda que en aquel momento llegaron a la barriada popular tras una llamada sobre una privación de libertad. El responsable era un nicaragüense que tenía como víctimas a sus propios hijos y su esposa.
Eran tres menores de cuatro, cinco y once años de edad. En aquella ocasión, este grupo de choque llegó a atender el caso en la barriada, cuando de pronto, empezó el tiroteo.
Tras esa balacera Araya salió herido y lamentablemente el homicida acabó con la vida de toda su familia.
SENTENCIAS
En referencia a este último caso, donde murió Chancha, el ministro de Seguridad Pública, Jorge Torres, fue enfático en conferencia de prensa que muchas de las personas que están muriendo es porque los criminales “no se sentencian como debe ser”.
“Hoy en día estamos trabajando bien con el fiscal general (Carlo Díaz), estamos en un frente común tanto con el OIJ como con el fiscal (…) es muy lamentable que hoy tengamos a un oficial del OIJ herido y un delincuente muerto, porque me da pesar, (Chancha) tenía que estar en la cárcel por la cantidad de delitos que tiene”, señaló el jerarca.
Además, dijo que la seguridad necesita de los jueces y por ello les pidió ayuda a estos funcionarios.
“No podemos solos, los necesitamos a ustedes, por favor”, declaró el ministro.