Las carencias nutricionales de vitaminas, aminoácidos, oligoelementos, o hierro pueden producir la caída del cabello, es por esta razón que se recomienda seguir una dieta rica en verduras y proteínas.
Investigadores italianos comprobaron que la dieta mediterránea puede reducir el riesgo de desarrollar alopecia, en especial la androgenética, o al menos ralentizar su aparición.
Por tanto, es importante que las verduras estén presentes más de tres veces a la semana e incluir en tus recetas hierbas aromáticas frescas como el perejil y la albahaca.
La calvicie común también se ha asociado con deficiencias nutricionales, particularmente de aminoácidos esenciales. Estos nutrientes desempeñan un papel esencial en el crecimiento del cabello y su fuerza, por lo que reforzar tu dieta con alimentos de origen animal, pescado, productos lácteos y huevos puede frenar la caída del cabello.
La vitamina D interviene en el crecimiento del cabello, un estudio realizado en la Universidad de Pittsburgh reveló que la deficiencia de vitamina D está vinculada a algunos tipos de alopecia y que una dieta reforzada con este nutriente promueve el crecimiento.
La vitamina D se produce fundamentalmente en la piel por la acción de los rayos UVB del sol, también se puede absorber a través de la dieta, con alimentos como salmón, atún, así como hongos, queso y yema de huevo.
Un extra de biotina (vitamina B8) es un gran aliado, contribuye al crecimiento, resistencia y anclaje del cabello, para recuperar su fuerza y vitalidad.