Los perros son las mascotas por excelencia, suelen ser animales fieles y cariñosos, sin embargo, ante los últimos acontecimientos sobre el ataque de un perro que cobró la vida de un menor de 2 años es vital tomar en cuenta que nadie está exento a una situación de peligro.
El Servivicio Nacional de Salud Animal (SENASA) recomienda los siguientes consejos para evitar ser atacado por un can.
-Tomarse el tiempo de presentarlos: tanto los niños, como los perros, necesitan aprender cómo interactuar apropiadamente entre ellos. Sí los niños no están familiarizados con el perro, se les debe explicar cómo deben relacionarse.
-Estar atentos e identificar señales de estrés o incomodidad del perro: para evitar mordeduras y garantizar la seguridad de los niños y las mascotas, es fundamental que los padres y los niños sepan reconocer como se comunican los perros.
Según los especialistas de SENASA “Es importante tomar en cuenta que cuando un perro está en estado de ansiedad, dolor, maltrato o aislamiento hay más posibilidades de que pueda mostrar algún comportamiento agresivo”.
-No perder a los menores de vista: Siempre que los niños y los perros estén juntos, un adulto debe estar presente en el área vigilando el comportamiento de todos; si el adulto no puede estar pendiente, es mejor separarlos, incluso con barreras físicas.
Por su parte el Colegio de Médicos Veterinarios de Costa Rica, considera que “la prevención comienza desde el hogar y como padres de familia, deben evitar que los niños realicen juegos agresivos con las mascotas” tal es el caso de juegos de forcejeo con juguetes de estira y afloja, o de lucha, ya que cualesquiera de estas situaciones aumentan la posibilidad de una mordedura.
La institución considera que se debe evitar:
-Perros amarrados, con poco espacio, con poca actividad física.
-Perros enfermos o que no han recibido el tratamiento indicado y se encuentren con dolor.
– Perras madres defendiendo a sus crías.
-Perros defendiendo sus tazones de comidas.
En general, cualquier situación que aumente los niveles de estrés o que no tienen las condiciones óptimas de vida, todo esto podría hacer que un perro actué de manera agresiva.