En la actualidad, se ha visto como más común que sicarios asesinen a sus víctimas en espacios públicos, lo que también puede llegar a generar un impacto emocional y psicológico en quienes presencian este tipo de actos.
Entre los más recientes casos, los gatilleros han llegado a acabar con sus objetivos hasta centros comerciales donde niños, jóvenes y adultos mayores disfrutan de una tarde de esparcimiento.
O incluso hacen encargos al frente de las escuelas, sin importar que menores de edad y padres de familia puedan resultar con algún tipo de afectación.
Por ese motivo, desde la Universidad Fidélitas expertos en Psicología han brindado recomendaciones para aquellas personas que lamentablemente han tenido que presenciar alguno de estos actos, que aparte de impactantes pueden llegar a ser desagradables y repulsivos.
Uno de los principales consejos consiste en que durante la situación busque un lugar donde pueda refugiarse y evite la confrontación con los que están cometiendo el delito, además de avisar a las autoridades solo si es seguro.
Pero los problemas psicológicos y emocionales pueden venir después de un tiempo de haber presenciado los hechos, por lo que los expertos consideran vital no reprimir las emociones y apoyarse en familiares o amigos cercanos, pero además de eso recomiendan permitirse llorar de ser necesario.
Asimismo, resulta fundamental que la persona realice actividades diarias con la mayor normalidad posible, para despejar la mente y sobrellevar este tipo de situaciones.
SICARIOS REALIZAN ACTOS A PLENA LUZ DEL DÍA
Según han mencionado los criminólogos, los gatilleros buscan el momento ideal para cometer sus actos de violencia, por lo que no les importa si en el lugar hay testigos o no.
“Los sicarios aprovechan el momento en que están distraídos (sus objetivos) para poder cometer este tipo de actos ilícitos y no les va a importar si hay más personas en el lugar. No les va importar si alrededor hay niños o personas adultas mayores, lo que van a buscar es el momento en que el objetivo este distraído para que no logre repeler el ataque”, externó Lauren Gordon, criminóloga.
Los conocedores tanto en Psicología como en Criminología coincidieron en que se debe buscar ayuda psicológica en caso de que ser testigo de uno de estos actos.
MENORES VULNERABLES
La separación forzada de niños o adolescentes de sus padres por diferentes motivos, principalmente por homicidio, les genera múltiples traumas, según explicó la psicóloga María Ester Flores.
De acuerdo con la especialista, lo primero que los menores sufren cuando son despojados abruptamente de su hogar, es decir, de su lugar de seguridad, su cotidianidad, por diferentes motivos, ya sea por medidas preventivas o temporales como las que ejecutan las instituciones estatales para decidir quién es la persona adecuada para quedarse con su custodia, es el trauma de desapego.
“Hay una resistencia a tener que irse a cualquier otro lado que no sea su lugar de seguridad. Ellos sienten que la vida los agrede emocionalmente. Es una invasión a su dinámica diaria, dejan de ir a la escuela, de estar en su camita y van a un lugar totalmente extraño, donde no saben cómo actuar”, explicó.
De igual manera, Flores señaló que, en el caso de bebés o niños menores de 7 años, estos van a extrañar indiscutiblemente a su mamá, en caso de que haya fallecido o no pueda acompañarlos, porque el apego a ella llega hasta los siete años.
“El desapego oficialmente se da a los siete años. A los tres años apenas empieza a vivir como el destete, entonces el primer trauma va a ser el desapego y obviamente después un terror. Experimentan síntomas de miedo, ansiedad, angustia, llanto permanente sin razón, desmotivación para todas las actividades diarias, ya sea estudiar, comer, dormir. Están muy asustados y entonces no saben cómo sobrevivir a eso”, indicó.
ADAPTACIÓN LLEVA MUCHO TIEMPO
La psicóloga explicó a El Periódico del Pueblo que a los menores les toma mucho tiempo adaptarse a lo nuevo, principalmente a las autoridades.
Además, detalló que hay un fenómeno relacionado a cuando los niños van a instituciones donde deben enfrentarse a un grupo de iguales.
“Entran en una guerra con niños desconocidos y los desconocidos hacia ellos, entonces empiezan a sufrir posible agresión por desconocimiento y de repente tienen que comer con otros, dormir con otros y no saben qué va a pasar, ni qué esperar”, añadió.
Flores detalla que los menores podrían estar expuestos a un segundo duelo, en caso de haber perdido a su mamá o papá, porque además de tener que salir de su casa de habitación también pierden a la persona que más confianza les da.
“Es un segundo duelo: primero me sacan de mi lugar de seguridad, después me dicen que la persona vital de seguridad que es mi mamá se muere, no va a volver más. Eso le puede ya generar un trauma para toda la vida, es un miedo y un terror porque perder a la mamá de manera muy joven es un dolor para toda la vida”, manifestó.
DUELO POR KIMBERLY
De igual manera, la experta se refirió al caso de Kimberly Araya Granados, joven madre de tres niños que fue encontrada muerta y sus hijos estuvieron varios días en custodia del Patronato Nacional de la Infancia (PANI).
“El duelo de la muerte va a ser muy significativo para los tres niños y ahora la siguiente noticia, que, si fue por casualidad, el papá biológico quien cometió el crimen, si fuera así, sería una segunda noticia traumática que es difícil de manejar a estas edades”, indicó.
Ante esto la psicóloga recomienda brindarles mucho afecto, abrazos, cariño y comprensión. Si los niños quieren llorar dejarlos hacerlo; si quieren gritar, también deben hacerlo. Hay que darles una libre expresión de las emociones.
“Ellos no saben ni qué está pasando en su cabecita. El primer apoyo es físico y expresión de emociones, tal cual salen eso es lo primero, y luego podemos trabajar con ellos muchísimo la terapia de juego”, finalizó.